Monterrey “raya” y “silva”

Un par de jugadas de inspiración de Dorlan Pabon que definió Lucas Silva fueron suficientes para que el Monterrey venciera al Atlas y regresara al segundo lugar general en el Apertura 2014.
Los Rayados terminaron pidiendo la hora y defendiendo con 11 jugadores en su propio campo, pero sacaron un triunfo de 2-1 sobre los Rojinegros para ponerse a sólo dos puntos del líder América, con el partido contra el Guadalajara todavía pendiente.
No fue una lucida actuación del equipo dirigido por Carlos Barra, pero a pesar de la baja de Humberto Suazo encontraron la forma de ganar y en eso tuvo mucho que ver Pabon, quien está convertido en el alma del equipo.
El colombiano dejó de lado su faceta como goleador para convertirse en el “socio” de Lucas Silva, quien volvió a dar una muestra de su calidad como “9” mentiroso, si se le puede llamar así.
Apenas a los ocho minutos, Dorlan habilitó a Lucas, quien golpeó el balón con la parte interna del pie derecho en un disparo que se iba a ir desviado, pero que chocó en la cara de Juan Carlos Medina y se convirtió en el 1-0.
La siguiente ocasión que Silva tocó el balón fue con mucha más puntería y la puso pegada al poste más cercano del portero Federico Vilar para marcar el 2-0 a los 26’, otra vez a pase de Pabon.
A partir de ahí, el Monterrey se dedicó a defender su ventaja. Por un tiempo se le notó que buscaba el contragolpe, pero después ni siquiera eso, fue muy obvio que sólo les interesaba mantener la ventaja y no tanto incrementarla.
Eso sí, aunque Pabon se había quejado de una molestia, Barra lo mantuvo en la cancha lo más que pudo. Antes que él se retiraron del campo Neri Cardozo y César Delgado, quien cumplió 100 juegos con los Rayados.
El Atlas aprovechó los metros que le regaló el Monterrey para jugar en el campo albiazul, pero fueron incapaces de hacer un solo tiro a la portería de Jonathan Orozco durante más de 55 minutos.
Por los Zorros, Alfonso “Ponchito” González pasó casi desapercibido y tuvo que ser Edy Brambilla, el que pusiera algo de orden al ataque rojinegro que encontró el gol a ocho minutos del final.
El ex tigre Édgar Castillo prendió con la zurda un balón que Bernardo Hernández no rechazó bien y prendió una vela de esperanza para los pupilos de Tomás Boy, quien sólo podía esperar un milagro.
Eso no ocurrió y el Monterrey acabó con una racha de tres derrotas consecutivas en partidos oficiales.