Las pesadillas y terrores nocturnos son dos de los trastornos del sueño más comunes en los niños los cuales angustian más a los padres que a los propios afectados quienes algunas veces ni siquiera se dan cuenta que los están padeciendo.
Para conocer más de estos trastornos es necesario saber que el ciclo de sueño se compone de cinco etapas, unas de sueño ligero, otras de sueño profundo y la de movimiento oculares rápidos conocida como MOR y si alguna de ellas falla se presentarán este tipo de trastornos.
El neurólogo pediatra Francisco Ortega González mencionó que el terror nocturno se distingue de una pesadilla porque el niño despierta bruscamente con cara de pánico, grita y se aterroriza y eso hace que sus papás se impresionen y no sepan como reaccionar, a veces van a parar a urgencias de un hospital, el niño no es consciente de lo que ocurre y al día siguiente no se acuerda de nada.
“El terror nocturno es muy parecido a la pesadilla pero éste empieza en las fases tempranas del sueño, cuando el niño se está acostando, y la pesadilla en las fases terminales, cuando está por despertar”.
En cuanto a la pesadilla comentó que son sueños que generan ansiedad en el niño el cual despierta angustiado y con miedo, estas ocurren en la madrugada, casi al amanecer, y se relacionan con cosas externas que lo impresionan como una pelea con un compañero y al día siguiente se acuerda de lo que soñó.
Esas diferencias, dijo, tienen que ver con la etapa del sueño en la que ocurren y es importante reconocerlas para distinguir un trastorno de otro y porque el tratamiento es completamente diferente.
Agregó que en los niños son comunes los terrores nocturnos sobre todo cuando están en la etapa del desarrollo y se atribuyen a eventos estresantes que pueden ser positivos o negativos.
Un evento estresante negativo puede ser un regaño, una tarea, un castigo, una llamada de atención, un susto, una caída o un golpe y un factor positivo puede ser que el niño esté muy emocionado por su fiesta de cumpleaños lo cual será suficiente para desencadenar un terror nocturno.
“Muchos de esos trastornos son transitorios, desaparecen pronto pero si son persistentes ameritarán un tratamiento especifico para buscar si se trata de una patología neurológica o psicológico”.
El especialista señaló que este tipo de problemas cada vez son más frecuentes debido al uso de juegos electrónicos los cuales son adictivos y crean mucho estrés, como la televisión, la computadora, videojuegos en cualquier plataforma y los celulares.
“Este tipo de juegos generan tensión porque se juegan en un espacio muy cercano con estímulos visuales y auditivos muy intensos que generan mucho estrés lo cual altera la fisiología del sueño y los niños viven estresados”.
Recomendaciones
– Limitarles videojuegos estresantes
– Promover la higiene del sueño y que el niño respete hábitos como el cenar y dormir temprano
– Tener un ambiente cálido en la casa
– Si el niño es afecto a tener un juguete que lo motive como su cobija, almohada o un oso dárselo
– Acostumbrarlo a dormir solo
– Que tenga una actividad tranquila y recreativa
– Que no vea televisión muy tarde
– Que no juegue con aparatos electrónicos
– Evitarle que vea películas de terror y que escuche pláticas que lo asusten