Activistas estudiantiles por la democracia cumplieron un mes de una movilización que ocupa las calles principales de tres barrios de Hong Kong desde el 28 de septiembre, cuando la Policía fracasó en su intento de dispersarlos con gas lacrimógeno.
Ayer los manifestantes realizaron un acto que comenzó con el despliegue de paraguas y 87 segundos de silencio, uno por cada granada de gas lanzada por la Policía.
Los dirigentes del movimiento dijeron que quieren que el gobierno de Hong Kong transmita sus reclamos de mayor democracia a Beijing. De no ser posible, quieren concertar un encuentro directo con el premier chino Li Keqiang y otros funcionarios para expresar sus posiciones.