Con 63 años de edad, y un diagnóstico reciente de hepatitis ‘c’, Teresa Barroeta no se desmorona.
El caso de Tere es atípico, ella no tiene duda que fue el propio IMSS el que le contagió esta enfermedad hace 32 años.
Por eso guarda celosamente el expediente intacto del IMSS que obtuvo a través de un médico, las hojas amarillas alojan letras en manuscrita y a máquina y la firma de más de una docena de médicos que la atendieron durante casi un mes.
Ese expediente asienta que la única transfusión de sangre, origen de la infección, la recibió en los hospitales del Seguro Social, en la Ciudad de México en abril y mayo de 1982.
“Hace más de 30 años tuve una cirugía exploratoria porque llegué malísima al Seguro Social, me mandaron hacer análisis urgentes, regreso en la tarde y me desmayo en el consultorio, me quedo en observación toda la noche y al día siguiente tenía mi presión 30/60, me hicieron una cirugía ambulatoria en la que me quitan la vesícula, estaba bien y no tenía problemas, no me suturan algo y empiezo con una hemorragia, yo me estaba vaciando.
“Se asustan tanto que me mandan al Hospital de la Raza, me vuelven a intervenir pero debido a toda la sangre que había perdido, me transfunden.
“Fue una cadena de errores, no sabían si era el vaso, si era una pancreatitis, si era salmonelosis, el chiste es que raíz de la operación entré en coma y estuve en terapia intensiva 20 días donde me da un paro respiratorio, un paro cardiaco, un edema cerebral, y ya no me llega sangre al cerebro, a mi marido le dicen: pídale a Dios que se muera porque si reacciona, va a quedar como vegetal”.
Los posibles diagnósticos incluyeron todo: salmonella, brucella, peritonitis, colecistitis, hepatitis, pancreatitis y otro sinnúmero de posibles padecimientos, pero nunca le dijeron que la mandó por momentos a un estado de coma.
Los expedientes señalan que su atención en el IMSS derivó en fallas orgánicas-funcionales como: insuficiencia cerebral, hepática y respiratoria, trastornos de coagulación, hiperesplenismo, depresión de médula ósea, alcalosis metabólica y respiratoria, y hipokalemia.
Después de un mes, Teresa abandonó el hospital, y en 30 años no volvió a solicitar los servicios del IMSS hasta hace 3 años cuando empezó a sentirse cansada.
“Nunca tuve ningún malestar, era una persona activa, hasta que empecé con la pesadez, te sientes cansada, no tienes energía, no quieres ni moverte, no tienes fuerzas para nada, me da un dolor un día en la noche, pensé que era un cólico renal y le dije a mi marido llévame al seguro”.
Uno tras otro le ordenaron estudios de laboratorio, hasta el 19 de agosto de 2011 cuando el infectólogo le entregó los resultados del último examen.
“Señora es usted portadora de hepatitis ‘c’-, me dijo, realmente no te dan mayor explicación, como que no te cae el 20, yo vi a mi hermana que hace muchos años le dio otro tipo de hepatitis, yo dije me voy a pintar de amarillo como le pasó a mi hermana, pero ya cuando empezó que me iba a tratar el gastro y me traían vuelta y vuelta hasta que un día me enojé y les pregunté de qué se trataba, porque no te explican.
“Así me trajeron hasta que hablé con Mauricio el coordinador de Medicina Interna, le dije que si así me iban a tener y me refirió con la doctora Patiño. Ella me dijo tienes hepatitis c, y te vamos a someter a un protocolo de Roche”.
A partir de entonces siguió un rosario de malestares.
“Me dieron interferón y ribavidina, pero los interferones están causando muchos daños colaterales, mis defensas se me fueron al suelo, casi estaba calva, mi piel comenzó a cambiar”.
El Victrelis salvaría su vida
Tras 12 meses de tratamiento Teresa no evolucionó, entonces fue ahí, en el Seguro Social donde le dijeron de un medicamento llamado Victrelis que podría salvar su vida.
El Victrelis cuyo ingrediente activo es el boceprevir está indicado en el tratamiento de la infección crónica por el virus de la hepatitis ‘c’, genotipo 1, el mismo que le fue diagnosticado a Teresa.
Pero cuando los médicos le informaron de su existencia también se lo negaron, porque no está en el cuadro básico.
“El Victrelis cuesta 57 mil pesos las cápsulas, son 8 cápsulas diarias, eran como 300 mil pesos mensuales.
“El coordinador de Medicina Interna del IMSS en León el doctor Pacheco y el doctor Covarrubias fueron groseros, me dijeron no está dentro del cuadro básico y qué quiere. Ahí nace mi molestia, y pongo la queja ante Derechos Humanos por maltrato”.
En Derechos Humanos de Guanajuato rechazaron atender el caso, fue canalizado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos donde sigue en proceso la queja número SG/996/14.
Teresa Barroeta también se quejó en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, se abrió el expediente DGOG-210-1572-2014/2014.
Ahora su caso ya es revisado por el Consejo Consultivo del Seguro Social. Ahí decidirán si le dan o no el medicamento.
“Conozco a una señora que está igual que yo, la toma, yo la he visto bastante bien a pesar de la enfermedad, me dijo que toma gotas alemanas que es una organoterapia, entonces comencé a consumirla y ha mejorado mi función hepática un poco, y volvemos a lo mismo digo yo puedo pagarlo, te cuesta como mil 600 mensuales pero hay gente que no lo puede pagar y no es justo.
“Te cambia la vida pero dentro de todo soy positiva y un síntoma de esta enfermedad es la depresión, yo hasta ahorita no la tengo pero sí te cambia mucho la vida y tienes que aprender a convivir con la enfermedad. He visto que los que estamos enfermos, cuando vamos al seguro todos sabemos a lo que vamos, lo que tenemos, y que tarde o temprano el hígado como tal si no te funciona, te van a empezar a fallar riñones, el vaso, todos los órganos dependen del hígado, esperemos con calidad de vida lo mejor que se pueda”.
Para Tere Barroeta algo debe cambiar en el sistema de salud y eso es: primero informar a los pacientes y segundo incrementar los medicamentos para el tratamiento de pacientes con hepatitis c.
Alista demanda civil
Ella además de pelear sus medicamentos en el consejo consultivo del IMSS, ya prepara una demanda civil al sostener que fue esta institución quien la contagió en una trasfusión.
Por lo mientras, lucha porque a los pacientes con hepatitis c se les trate de una forma digna.
“He tratado de informarme para aprender a convivir con mi enfermedad,porque al principio te dicen es usted portadora de la Hepatitis ‘c’, dices me voy a pintar de amarillo, voy a comer mucho dulce, voy a estar en reposo y listo, pero no sabes que te vas a convertir en una persona cirrótica, que tu hígado, su función deja de ser al cien por ciento y es ahí donde se te vienen los problemas porque nuestro hígado es el filtro de todo el cuerpo humano.
“Y ahora estoy tomando paleativos que te da el seguro social, omeprazol, patoprotectores, que como me decía un hepatólogo: eso no sirve para nada, para que quieren detectar más casos ¿Les van a dar la medicina?”, finalizó.