Pese a que la ciudad está en pleno desarrollo, en las calles persiste una problemática que no se puede negar: la mendicidad.
Al dar un recorrido por el primer cuadro de la ciudad, se puede notar a por lo menos 10 personas mendigando monedas, para comer y mantener sus necesidades cotidianas.
Templos, puentes, los pasajes de Góngora, San Francisco, además de los portales del jardín principal son algunos de los lugares en los que se observa a personas que piden dinero en Celaya.
Algunas cantan, otras tocan un instrumento, hay quienes piden porque están enfermos; unos llevan desde cuatro hasta 20 años viviendo de esta forma.
Casos de distintos temas existen entre las personas que se dedican a pedir dinero, pero no todas de forma honesta.
Al dar una vuelta por el Centro, AM pudo observar personas que llegan diariamente a pedir, y entre sus argumentos dicen, por ejemplo, que piden para que les alcance para comprar su leche.
Otro dijo que se quedó sin dinero para su pasaje; esa misma persona se vio otro día en la misma zona pidiendo para lo mismo, y al decirle que ya se le había dado en otra ocasión para su pasaje, respondió de manera grosera.
Es una sociedad desequilibrada: funcionario
Francisco Javier Gallego, encargado de la Dirección de Proyectos Productivos en Desarrollo Social, dijo que se vive en una sociedad muy desequilibrada, y se debe apoyar a las personas que piden en las calles.
Más que por buscar una buena imagen de la ciudad, el Municipio pensaría en quitar de las calles a estas personas por ayudarlos en su integridad humana.
“Yo no los quitaría sólo por la imagen nueva de Celaya, no sólo porque tengas una calle nueva, bien bonita y pavimentada, ya no tengas ahí gente pidiendo limosna; va al lado de la dignidad humana, vivimos en un mundo injusto, muy desequilibrado, donde muchos o pocos tienen grande oportunidades, grandes”, comentó.
Expresó que se ha trabajado con ellos, que se tienen registros en el DIF municipal, y que en ocasiones ellos son los que deciden seguir pidiendo.
“DIF tiene un catálogo de estos ciudadanos, entiendo que el DIF los atiende, desde la parte de desarrollo humano, les abrió las puertas para que tomen terapias, conocen sus casas, los han visitado, a veces es una problemática familiar, a veces es de ideas, les gusta pedir porque les dan, cuando le damos un peso al que canta favorecemos eso, es parte de una economía informal, no se puede evitar que le den moneda”, dijo.
Expresó que en este caso han realizado campañas para evitar que la gente dé dinero, y al mismo tiempo fomentar la conciencia en las personas para mejorar su estilo de vida.
“Hubo una campaña de que no les des un peso, pero por otro lado, desgraciadamente no todos esos ciudadanos quieren trabajar, no todos se acercan a un campo de cambio de vida, los ves pidiendo y hay otros que se dedican a vender; esos no son limosneros, son micro empresarios, que deciden vender, que te ofrecen un dulce, un chicle y unos son sofisticados, panes y jugos de primera calidad”, dijo.
Exhorta a identificar a verdaderos mendigos
Francisco Javier Gallego dijo que hay personas que no sólo piden por pedir, o sólo porque no quieren trabajar, y en esto la ciudadanía debe ser más consciente.
“Yo creo que, primero, esas personas nos están llamando a la sociedad a que hagamos algo; cuando yo veo a un migrante pidiendo una moneda, me imagino cómo está la situación en sus países para dejar todo e ir al norte; vivimos un mundo muy injusto, con gente hambrienta, y hoy se manifiesta”, dijo.
Pero también se debe ser cuidadoso de las personas que prácticamente estafan al pedir dinero y no necesitarlo.
“Gente que pide y no lo necesita, que pide y después lo ves pasando en un carro, mucha gente que se colgaba la bolsita con orina o diálisis, uno desconfía; nos falta más, que el DIF los entrevistara, pero también hay personas que sí lo necesitan”, comentó.
Viene de Uriangatoa mendigar a Celaya
Rodolfo Jiménez es un ciudadano que vive en la mendicidad; padece de polio, una enfermedad que no le permite caminar; es oriundo de Uriangato y desde hace 20 años viene a Celaya desde allá a pedir dinero en el jardín; hace un año su mal creció y enfermó de los riñones; ahora debe dializarse cada semana.
“Tengo 50 años, la polio la tengo desde que tenía 11 meses; hace un año que me están dializando y dializar es una cosa muy dura, tengo la necesidad de buscar la forma para comer, para dar a mi familia”, comentó.
Explicó que tiene su esposa y tres hijos, quienes lo apoyan y lo ayudan para tener una vida cotidiana normal, pero su enfermedad cada día le impide más el realizar la actividad.
“Vengo de Uriangato, me vengo a las 6 de la mañana, aquí llego como a las 8 y me siento en el portal de 8:30 y me vengo parando de 3 a 4 de la tarde”, narró.
Narroó que antes venía a diario, pero debido a su problema de riñones desde hace un año ha dejado de hacerlo.
Expresó que no recibe mucha ayuda, pero que le alcanza para sobrevivir el día.
“Como todo, hay gente que sí ayuda mucho, hay gente que insultan a uno, me dicen que me ponga a trabajar, que estoy bien de mis manos; ellos a lo mejor no se da cuenta que es más difícil que me den trabajo, por lo mismo de que hay gente mala en ese aspecto”, comentó.
En 30 minutos, sólo dos personas le dieron una moneda a Rodolfo, pero dijo que en ocasiones se compensa con esas dos o tres personas, pues le dan de 20 a 30 pesos, y durante todo el día puede conseguir de 200 a 150 pesos.
Canta y pide para mantener a hija
Judith Ariza López es otra indigente que se encuentra en el andador Góngora; ella tiene discapacidad visual y hace cuatro años se dedica a cantar y a pedir dinero para mantenerse al día.
Expresó que desde la muerte de su primer marido tuvo la necesidad de pedir para mantener a su hija y pagarle sus estudios.
Judith Ariza López, expresó que el apoyo del gobierno no es mucho, y que en lugar de beneficiar los está perjudicando.
“Fíjate que sí ha hecho algo por quitarnos del Centro, por dejarnos a la deriva; quitaron becas, despensa y quitaron todo, desgraciadamente he hablado con el presidente de ahorita, nos va mal y peor; tanto ha hecho el Municipio por dejarlos a la deriva que yo tuve que mandar lejos a mi hija para darle de comer”, comentó.
Dijo que el alcalde Ismael Pérez Ordaz ha hecho caso omiso a sus peticiones de apoyo cuando el Municipio quiso desalojarlos del Centro y de los cruceros.
“La verdad es mucha necesidad; si vas al DIF te dicen: no tenemos nada que darte; el Presidente también, la gente es la única que puede ayudar, por eso vine a trabajar”, explicó.
Ariza López es de la colonia Ejidal; hace poco tiempo se volvió a casar con una persona que de igual forma pide dinero en las calles; comentó que todos los días se apoyan para llegar al Centro en un camión.
Llega al andador de Góngora desde las 10 de la mañana y a las 2 de la tarde parte de nuevo para su casa; expresó que lo que gana no es mucho.
“La verdad es muy poco, la gente piensa que esto está bien; máximo te llevas 100 pesos en todo el día, con esto no alcanza, pero para comer sí; de 10 personas una persona da, no te apoyan muchas, la vez muy rara que te apoya con 10 pesos una persona”, dijo.
El estar en las calles es un peligro constante; además de no conseguir mucho dinero, fue extorsionada por algún tiempo. Le pedían dinero, a pesar de no ganar mucho, pero hace alrededor de un año pudo salir de esa situación; comentó que hubo ocasiones que, de no tener dinero, tuvo que dormir en las calles.
“No tenía nada, incluso pedí apoyo algo para una cama algo para dormir, tengo dos colchones sin base, yo pedía apoyo con algo, donde podría hacer algo de comer, algo básico, pero ni para eso”, comentó.
Quieren guiarlos a emprender
Una opción para sacar a la población que vive en la mendicidad en Celaya, es autoemplearlos, y es a lo que asegura le apuesta el gobierno municipal.
Francisco Javier Gallego, encargado de la Dirección de Proyectos Productivos en Desarrollo Socia de Celaya, explicó que la dependencia realiza nueve programas para apoyar a los ciudadanos que buscan emprender un negocio o empresa.
“Nosotros todos los jueves, a todos los que quieren hacer un proyecto se les da una charla, se les explica el ritmo y forma de hacer un proyecto productivo, de acuerdo donde vivan y sus capacidades, se debe cubrir un perfil; una vez que se tienen, se atiende y asesora, y llenas el requisito, llenas tu expediente, algunos apoyos son en grupos”, comentó el funcionario.
Los apoyos se le dan a las personas que en realidad lo necesitan, pero en ocasiones se pide un monto que van desde el 5 por ciento, hasta un 10 por ciento para otorgarlo, como si fuera un enganche.
“El Municipio pone pocos recursos, estamos apoyando al empresariado social, se ha invitado a empresas que se hagan socialmente responsables y empiecen a adoptar algunas obras de beneficencia”.
“El gobierno no pude hacer todo, hay empresarios que quieren impulsar más este desarrollo; no te doy el pez, te enseño a pescar”, dijo.
Los capacitarán
Con este programa se espera que los generadores de proyectos sean capacitados y lograr que esos mismos proyectos sean casos de éxito para el desarrollo de la economía en el municipio.
Ante este proyecto, y con los diferentes cambios que ocurren en el país, expresó el director que los ciudadanos deberán adaptarse.
“Queremos impulsar mercados y vincularlos, y agruparnos desde abajo los pequeños porque no vamos a lograr que compren juntos, compras consolidadas, que será más barato; hay mucho individualismo, el mexicano es muy desconfiado ahora, hay grupos que se rompen, pierden su negocio porque se enojaron”, comentó.
Gállego invitó a todas las personas que buscan generar un proyecto a participar a los distintos apoyos que tienen el gobierno municipal, para seguir adelante con su desarrollo económico.