El panteón Campo Florido es el más antiguo del municipio de Valle de Santiago y durante tiempo se ha comentado la presencia de aparecidos.
Arturo Amézquita García, velador por 5 años del cementerio, ha presenciado travesuras, apariciones, ruidos y gritos de los difuntos en el campo santo.
“Una de las experiencias más fuertes que he vivido fue cuando estaba barriendo en la sección A, que es la parte más antigua del panteón viejo, eran como las ocho de la noche, recuerdo que era temporada del calor, de repente sentí un remolino de aire frío y me movieron toda la basura que había barrido, otra vez barrí y otra vez me la movieron. Después alguien me tocó el brazo y al voltear no había nadie, deje las cosas ahí, me fui a la oficina a ver la televisión para que se me quitara el miedo”, recordó don Arturo.
Cuenta la leyenda que varios veladores han renunciado al puesto debido a que salían espantados por los muertos, pero para Arturo Amézquita el cementerio se ha convertido en su segunda casa.
“Pocos aparecidos he visto, una vez estaba en la oficina ya casi dormido cuando escuché ruidos de motos deportivas en la sección B y C del panteón viejo, me levanté a ver, cuando llegué a buscar se dejaron de escuchar, cada vez que pasa algo me da miedo, pero luego se me pasa”, comentó Arturo.
Arturo no es el único que ha sido espantado por los difuntos, también algunos de sus familiares.
“Uno de mis sobrinos vino un día y me acompañó a hacer el recorrido, él decía que veía a muchos muertos, me dijo que ya no vendría porque un muerto lo siguió hasta su casa y son cosas inexplicables, no todos tenemos el don de ver o sentir”, contó.
Arturo dice que no pudo encontrar mejor trabajo, a pesar de que es maestro de primaria en una comunidad.
“Pocos aparecidos he visto, una vez estaba en la oficina ya casi dormido cuando escuché ruidos de motos deportivas en la sección B y C del panteón viejo, me levanté a ver, cuando llegué a buscar se dejaron de escuchar, cada vez que pasa algo me da miedo, pero luego se me pasa”.
Por lo pronto, volvió a recalcar que seguirá con su trabajo de velador en el panteón Campo Florido.
“Hacen travesuras”
En el panteón Campo Florido, varios veladores han renunciado por miedo a los
muertos, pero Arturo, aprendió a controlarlo desde hace cinco años que