Un pequeño moño negro destaca en la fachada color naranja de una casa en la calle Cuitzeo, en Chapalita; la pena que embarga a sus habitantes es enorme.
Hace nueve días las tres mujeres que ahí viven perdieron a su hijo Miguel Ángel… La casa ya no es la misma.
Una fotografía de cuando él tenía un año, otra de su graduación y la tercera tomada un día cualquiera, están en la entrada con un ramo de flores.
Varias cruces y la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañan también las imágenes del joven de 22 años que murió el viernes 24 de octubre, apuñalado por dos hombres que intentaron asaltarlo en las inmediaciones del Parque Explora.
Hijo de mamá soltera y criado por ella junto con su abuela y su tía, Miguel Ángel Castro Quiroz se caracterizó por ser un estudiante dedicado. La primaria Hermanos Aldama, la  Secundaria Técnica 1, la preparatoria De La Salle y la Universidad de León fueron los centros académicos que lo formaron.
“No tenía novia, no consumía drogas, no fumaba, no tomaba, no era vago, no era una persona amiguera, era bastante retraído, no andaba mucho en la calle. Por eso el día que desapareció, salió de aquí a las 12 y nosotros a las 4 de la tarde ya lo estábamos buscando porque se nos hizo extraño que no llegara”, recordó María de los Ángeles, su mamá.
El 12 de septiembre de 2012 el joven que el próximo domingo  cumpliría 23 años alcanzó una de sus metas: concluyó la ingeniería en Mecatrónica, y junto con unos compañeros preparaba un proyecto al tiempo que ayudaba a su familia en su negocio.
El viernes de la semana pasada Miguel Ángel salió de su casa al mediodía para arreglar pendientes en el Centro. A las dos de la tarde lo esperaban para comer, pero no volvió.
“Yo hago conclusiones de que fue a la biblioteca y de ahí cortó por avenida Del Niño, para ir a tomar la ruta 16 para regresar a su casa, no traía computadora, no traía celular”, dijo su mamá.
Ni computadora ni celular, lo único que llevaba eran las llaves de su casa y unos papeles.
“El gobierno nos dice que tratemos de que nuestros hijos no sean vulnerables cargando cosas de valor… mi hijo no las traía”, lamentó.
Luego de la pérdida tan grande las tres mujeres consideran la idea de dejar la ciudad.
“Yo estoy viva, estoy bien, pero tengo mucho coraje, mucha impotencia… siento miedo, la ciudad está muy insegura, así lo siento, vamos manejando y uno se pone nervioso, las motos están completamente desatadas y sin regulación.
“Nosotros amábamos nuestra ciudad, aún la amamos, creemos que tiene remedio, pero uno tiene miedo”, señaló.
María de los Ángeles sabe que nada le puede devolver a su hijo, pero confía en que un testigo aporte información que permita a las autoridades detener a los homicidas.
“Eran demasiado valiosos estos muchachos para la sociedad, como para que estas personas las hayan ultimado… no se vale. No es por justicia, es para que no suceda otra tragedia igual.
“El caso de la doctora Paulina se resolvió por una llamada anónima, de alguna persona; yo también necesito que existan esas personas, alguien que sepa del caso de Miguel Ángel, alguien que haya visto algo, alguien que tenga conocimiento, tiene que haber personas… en el caso de Paulina la persona que llamó fue un héroe… yo necesito a otro héroe”, expresó.

‘¿Por qué no hablan?’

El recuerdo de Miguel Ángel permanece todo el tiempo en sus “tres mamás”.
Cuando las tres se quedan calladas, de pronto su mamá recuerda una anécdota, la abuela revive otro momento, y en un instante se llenan de la presencia de quien fuera el único varón en ese hogar.
“¿Por qué no hablan?, alguien tuvo que ver algo”, es el pensamiento que ronda a la señora María de los Ángeles.
El viernes ella se reunió con la alcaldesa Bárbara Botello el viernes, sin embargo, dijo, esto no le dio esperanzas puesto que no hay muchos avances para resolver el caso de su hijo.
“Ella (la Alcaldesa) nada más nos decía que iba a tratar de atender el caso y que iba a tratar de no dejarlo que se enfriara, pero así muchas esperanzas no… no tuvimos mucho resultado”
“(Comentó) que ella había tenido una reunión con su gente de Seguridad y que había encargado mucho que atendieran el caso, y a grandes rasgos del caso fue eso; lo demás que los policías y que la seguridad, y que los avances que ella había tenido en su gestión pero otra cosa del caso, no”, comentó María de los Ángeles.
La Procuraduría de Justicia tampoco les da esperanzas para el esclarecimiento de la muerte de Miguel Ángel.
“Nosotros hemos tenido que ir para ver cómo van las investigaciones, aunque no hay nada de avance. A nosotros nadie nos contactó, no ha habido comunicación, ellos mismos nos dicen que si queremos saber algo, vayamos.
“No somos gente de dinero, somos gente de trabajo que vivimos al día y no tenemos posibilidades para hacer movilizaciones ni nada de eso”, dijo.
Su hijo, recordado como un buen joven, vivía en una de las colonias más conflictivas de León, sin embargo perdió la vida en una de las zonas turísticas.
“Nosotros como familia y como sociedad leonesa necesitamos que nos apoye la misma sociedad, advirtiendo, dando alguna información que tenga, eso es lo que estamos pidiendo”, reiteró la mamá de la víctima.
“Vinieron los ministeriales pero no hubo testigos, las cámaras del Municipio por lo que yo creo la mayoría no sirve, no hay un sistema confiable de seguridad que uno pueda decir ‘en este nos podemos apoyar’… no hay nada”, dijo María de los Ángeles, quien el viernes pasado fue llamada para ampliar su declaración.
“Tiene que haber alguien, yo confío en que alguien tiene información de estas personas, que hable, que no se quede callado, porque este día nos tocó a nosotros como familia, pero esta familia es de León, les puede tocar a ellos, por favor quien sepa algo que hable”.

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