¿Le han robado su celular? Pues no está solo. Como usted, más de 100 mil guanajuatenses han sufrido el robo de su aparato móvil en el último año.
Mientras usted lee este reportaje, ocurrirán al menos otros cinco robos a peatones en las calles del estado, a dos de los cuales les arrebararán su celular.
Y es que según estimaciones del INEGI, cada 10 minutos ocurren en el estado cinco robos o asaltos en la calle o en el transporte público.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización 2014, el año pasado los asaltos a transeúntes fueron el principal delito ocurrido en el estado de Guanajuato, con un total de 256 mil 84 casos, que equivale a 701 cada día.
Los datos obtenidos por el INEGI contrastan con las cifras oficiales. Según la Procuraduría de Justicia de Guanajuato, en todo el año pasado se denunciaron sólo 206 asaltos a transeúntes en el estado, y entre enero y septiembre de 2014 suman 165.
Los robos denunciados ante el Ministerio Público no representan ni siquiera el 1% de los casos detectados en la encuesta.
El estudio del INEGI revela que el 41.2% de los atracos ocurridos en la calle o en el transporte público, el objeto del robo han sido teléfonos celulares.
En el 30.6% de los robos los ladrones se han llevado dinero y celular y en el 10.6% de los casos sólo han hurtado el teléfono.
Ese porcentaje equivale a 105 mil aparatos móviles robados el año pasado en el estado de Guanajuato, en promedio 287 al día.
¿A dónde van a dar tantos aparatos? Al mercado negro de los tianguis y los puestos callejeros.
El mercado negro
La compra-venta de aparatos electrónicos robados se da a plena luz del día en puestos del Centro y en tianguis.
Reporteros de AM atestiguaron distintas operaciones de compra-venta de celulares, laptops y tabletas, entre otros artículos de dudosa procedencia.
En el tianguis de San Juan Bosco, dos hombres ofrecían a los comerciantes calculadoras científicas recién robadas.
-¿Cuánto me das por las calcu, Mai? –preguntó el ladrón, mientras mostraba los equipos.
-Cincuenta por las dos güey… le dijo un comerciante de teléfonos celulares usados.
-A un ciego (cien pesos), Mai. Mínimo los morros sí las compran, las usan los de la secu…
-Si quieres 80, güey… y camínale.
-¡Chale, Mai! Échalos, nomás porque ya no las quiero cargar.
-¿Y qué traes de celulares?
-Nada, Mai. No ha salido nada. A ver, deja doy un rol y de rato.
El vendedor de artículos chuecos se retiró en busca de más mercancía.
En la avenida Miguel Alemán, otro reportero fue testigo de la venta de artículos robados.
Un hombre llegó a un improvisado puesto, en el que había decenas de teléfonos colocados sobre una franela roja; volteando a todos lados, como si temiera ser sorprendido en la venta, estiró la mano para mostrar un celular Samsung Pocket Neo.
-Dame 400 –pidió al encargado del puesto.
-No. Te doy 300. Y si quieres –le respondió el comerciante.
Tras un breve alegato, el vendedor aceptó los 300 pesos por un modelo de celular cuyo precio supera los 1,200 pesos en el mercado legal.
Más tarde, el comprador ofertaba el mismo teléfono a 500 pesos, al mejor postor. Tan sólo en aquella operación ‘chueca’ iba a ganar 200 pesos.
A escasas cuadras de distancia, en la calle 5 de Mayo, otro comerciante ofrecía en una mochila tipo cangurera una amplia variedad de teléfonos usados de dudosa procedencia.
Con discreción se acercaba a los jóvenes a ofrecer su mercancía.
“¿Qué es lo que buscas? Tengo todo en touch, te lo calo”, decía con teléfono en mano.
Una jovencita identificó al vendedor como la persona que días antes había intentado arrebatarle su cámara fotográfica.
El hombre, con desparpajo, ofrecía su mercancía. Si algún potencial comprador no se decidía, le proporcionaba un teléfono para contactarlo después.
La oferta de celulares presuntamente robados se realizó a sólo una cuadra de la Plaza Principal.
Cientos de puestos
En toda la ciudad han proliferado los puestos de teléfonos usados. En los más de 170 tianguis que hay en la zona urbana de León suman cientos de este tipo de comercios ambulantes.
Por ejemplo, en el tianguis de San Juan Bosco, que es el segundo más grande del municipio después de la Línea de Fuego, se contabilizaron al menos 21 puestos de celulares.
En uno de los más grandes se ofertaban 104 aparatos; en otros estaban a la venta 82, 74 y 50 teléfonos de diversos modelos, en los que sobresalían los smartphone.
Los encargados compran los aparatos a cualquier persona que se los ofrezca, sin importar su procedencia.
Los únicos modelos que rechazan son los de teclas, porque los clientes piden sólo aparatos tipo touch y de modelos recientes.
En el tianguis de los jueves, que se instala en El Coecillo, hay ocho puestos de teléfonos usados y en la ‘Línea de Fuego’ suman más de 15.
En la colonia León I está uno de los principales centros de venta de celulares de dudoso origen, pues en pocas cuadras hay más de once puestos.
“Todo está ‘calientito’ (recién robado)”, confesó el encargado de un puesto que ofrecía más de 100 celulares en su puesto.
Mercancía ‘fresca’
“Pásale, ¿cuánto ofreces? ¿Qué modelo buscas? Aquí te lo conseguimos, güerita, no vas a encontrar en ningún otro puesto más bara que aquí”, ofreció el encargado de uno de los puestos más grandes en el tianguis de San Juan Bosco, en el recorrido que realizó una reportera de AM.
En el puesto tenía a la vista teléfonos modelo Samsung Galaxy s4 y s5, Sony Ericsson Xperia Z1 y Z2 y Iphone 4 y 5, con un precio de entre los mil 300 pesos y 2 mil pesos.
Al regatear, el vendedor accedió a bajar el precio: un Galaxy s5 de 1,300 a mil pesos, pese a que en el mercado de distribuidores autorizados se cotiza a 7 mil 500 pesos.
De una mochila sacó un Iphone 5, envuelto en una franela, y abiertamente confesó a la potencial clienta que se trataba de un aparato robado:
“Está ‘fresco’ (recién robado) mija. Tres mil varos o puedes ofrecer. Tú ofrece”.
A la negativa de la compra, el aparato fue regresado a la mochila, a la espera de otro postor.
En el Centro
En la avenida Miguel Alemán y en sus alrededores hay al menos 20 puestos y locales que compran y venden celulares usados.
Los puestos son colocados afuera de los locales con una mesa, cubeta o una simple franela en el piso, en donde exhiben los teléfonos de diferentes precios y marcas, todos sin cargador.
A diferencia de los tianguis, en donde la oferta de los aparatos se hace a grito abierto, los vendedores de la Miguel Alemán sólo interactúan con los interesados una vez que se acercan al puesto.
Estos comerciantes se han vuelto expertos en el tema de la tecnología y ahora sólo aceptan modelos de teléfonos con acceso a Internet y de pantalla touch.
Los aparatos con teclado “ya casi no los agarramos” dijo un vendedor instalado afuera de una tienda de electrónica.
En un puesto ubicado en la esquina de Miguel Alemán y Reforma hay un puesto con la leyenda “Compro, qué vendes”, en el que además se ofertan computadoras portátiles y tabletas.
Frente al paradero de Reforma de la oruga, sobre la avenida Miguel Alemán, se ofertan más equipos de cómputo.
Los equipos de dudoso origen, se ofertan a un precio hasta tres veces inferior al normal.
La compra-venta de aparatos se realiza sin ninguna restricción, pues no se necesita entregar factura o documento que acredite la propiedad.
Asaltan en paraderos
En lo que va del año, Josué Gadiel Ornelas ha sido asaltado 3 veces. La primera vez fue acorralado y amenazado con una navaja en el cuello, mientras esperaba el autobús para ir a clases. “Cáete con el celular o te enfierro”, le dijo uno de los ladrones.
El segundo robo ocurrió en la calle Emiliano Zapata, también mientras esperaba el autobús. Los ladrones iban en bicicleta; uno de ellos se bajó, le arrebató el teléfono y de inmediato huyó.
El robo más reciente fue en la calle Hermanos Aldama; un hombre en bicicleta se acercó a preguntarle la hora, mientras un cómplice lo empujaba para tirarlo y quitarle el teléfono. El estudiante se anticipó y logró huir.
A Norma Auxilio Rodríguez le pusieron una navaja en la espalda en la avenida Miguel Alemán, para quitarle su bolsa. El ladrón huyó en una bicicleta.
Estrella Mirán González también sufrió el robo de su bolso, con un IPad y dinero, cuando salió de cenar de un local de “burritos” sobre calle Tepeyac, en la colonia Andrade. Un hombre la amenazó con una navaja en la espalda.
Asaltan a golpes
Rocío Gómez regresaba de su trabajo cuando tres hombres se bajaron de un auto para quitarle a golpes una tableta, su celular y dinero. Este robo ocurrió en la calle Guty Cárdenas, de la colonia Prados Verdes.
El mes pasado, Aurelio Sánchez también fue asaltado a golpes en el cruce del bulevar Delta y Epsilón, cuando se dirigía a su casa. Dos hombres lo tiraron al piso y lo atacaron para quitarle su mochila. Como él se resistía, amenazaron con acuchillarlo.
A la estudiante Yazmín Yareli Velázquez Luna la asaltaron con violencia cuando iba a la secundaria en Villas de San Juan. Al bajar del camión un joven le quitó su celular; ella corrió tras él y el ladrón la tomó del cuello gritándole groserías.
Empeñan sin factura
Las casas de empeño establecieron restricciones para adquirir teléfonos celulares, tabletas y laptops.
En un recorrido por establecimientos del Centro, se constató que en prácticamente todos solicitan mostrar una identificación al momento de llevar a empeñar o a vender un equipo.
Sin embargo, no piden factura para acreditar la propiedad, ni solicitan el cargador original del equipo.
En las casas de empeño se paga menos dinero en comparación con lo que ofrecen los franeleros o vendedores de la calle.
Por ejemplo, en sucursales de Presta Fácil, First Cash y Cash Ya otorga 250 pesos en prenda por un celular modelo Nokia Asha 210, mientras que un vendedor callejero ofrece pagar hasta 350 pesos por el mismo equipo.
En el mercado, el precio de este aparato es de entre mil y mil 200 pesos con cualquiera de las compañías.
Por un modelo Samsung Galaxy s4, las casas de empeño prestan no más de 800 pesos, mientras que en la calle los compradores de objetos ‘chuecos’ ofrecen mil pesos.
Este modelo en el mercado legal se cotiza en más de cuatro mil pesos.