Lorde sabe que la fama es un arma de dos filos, y que así como hoy está en los cuernos de la luna, quizá mañana nadie la reconozca.
Es precisamente sobre esta cuestión efímera del espectáculo, que ha preferido tener a alguien junto a ella para que le ayude a centrarse cuando los humos intentan llegar a su cabeza.
“Vivo en casa, en la misma habitación de cuando era niña. Viajo con mi madre, que es la que me para los pies en el momento en que voy a decir algo que suene a diva”, expresó.
Así, Lorde intenta tener una vida casi normal para no dejar de ser la misma que era antes de ser famosa.
“Es importante para mí seguir en contacto con mi vida de adolescente, aunque mi rutina diaria no sea muy de adolescente. Así que en cuanto llego a casa, llamo a mis amigos. Me encanta ser joven y quiero mantener eso tanto como sea posible”, comenta.

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