A dos años de que fue anunciada como una política social de nueva generación, la Cruzada Nacional Contra el Hambre no ha implicado cambios significativos en las estrategias de combate a la pobreza que en sexenios anteriores ya han fracasado, afirman especialistas.
La cruzada, aseguran, reproduce las deficiencias que han caracterizado a la política social desde hace más de dos décadas, en las que se han erogado billones de pesos sin lograr reducciones significativas en los niveles de marginación.
Alejandro González, director de la asociación civil Gestión Social y Cooperación, advierte que al menos 26 de los 82 programas contenidos en la cruzada están entre los peor calificados del País por su bajo desempeño, su dispersión de objetivos y su opacidad.
Un ejemplo: la estrategia tiene como componente fundamental la instalación de comedores comunitarios, pero no en todos los municipios declarados como prioritarios por Sedesol están operando.

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