Brandon Browner recibió un anillo de Super Bowl el año pasado, pese a que se encontraba a miles de kilómetros del lugar donde se coronaron los Seahawks de Seattle.
Ahora, el rudo cornerback tiene la oportunidad de ganarse otra sortija, pero en el terreno y enfrentando a sus antiguos compañeros, que el domingo se miden a los Patriots de Nueva Inglaterra.
Browner añoraba este duelo, luego de perderse el Super Bowl del 2014, debido a una suspensión por consumo de drogas. En marzo, firmó con los Pats.
“Es una locura”, dijo Browner. “Realmente visualicé esto cuando firmé mi contrato: ‘ojalá que nos enfrentemos a mis antiguos compañeros’, y resultó así exactamente”.
Mientras Seattle apabullaba a Denver 43-8 en Nueva Jersey para ganar el título, Browner estaba frustrado a unos cuatro mil 800 kilómetros (tres mil millas), en su casa ubicada en el área Los Ángeles.
Ahora tiene la oportunidad de conseguir un segundo cetro de la NFL, ante un equipo por el que, asegura, no siente rencor.
“Fui bendecido y afortunado”, dijo Browner, quien cumplió otra suspensión de cuatro partidos en 2012 por infringir la política de la NFL sobre consumo de drogas.
Su suspensión por tiempo indefinido le significó ausentarse de los últimos dos partidos de la campaña regular y de tres duelos de postemporada. En marzo, el castigo se redujo a cuatro encuentros más.
Diez días después firmó con los Pats. Tras purgar la suspensión, estuvo inactivo dos compromisos más. Luego, ocupó la posición de cornerback, en el extremo contrario al de Darrelle Revis.

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