El combate contra la pobreza multidimensional en México reflejó un lento avance en los últimos años y quedó rezagado en comparación con los esfuerzos de otros países de la región, reconoció la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Mientras que el promedio de los países de la zona redujo la pobreza multidimensional de 39 a 28% entre 2005 y 2012, México y naciones del Caribe reportaron logros marginales.
Al dar a conocer ayer lunes el informe sobre el Panorama Social de América Latina 2014, la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, reveló que la pobreza monetaria en México pasó de 31.8 a 29.9%, mientras que la multidimensional lo hizo de 43 a 41%.
“Ha habido avances en México, pero también ha habido crecimiento de carencias en otros temas. En materia de vivienda ha habido logros, pero en materia de energía se han registrado retrocesos. Es un panorama bastante mixto y hace que la pobreza se haya reducido bastante poco”, dijo.
Además, insistió en que el avance marginal se explica por otros fenómenos como el ingreso, particularmente el salario mínimo, donde hay un rezago importante con relación a otros países latinoamericanos.
“El salario es un tema que no ha podido aumentar en México en las últimas décadas y a pesar de que hay mucha desafiliación del salario mínimo respecto a otros salarios de todas maneras es un tema que le ha pegado muy fuerte a las familias”, comentó.
Derivado de la pobreza y falta de oportunidades para gran parte de la población, entre ellos los jóvenes, la represente de la Cepal reconoció que México, al igual que El Salvador, Colombia, Guatemala, Honduras, Belice, Jamaica y Venezuela forman parte de los países más violentos del mundo.
Por ello, consideró fundamental que las políticas públicas enfocadas al combate de la pobreza se dirijan también a los jóvenes, ya que se trata de un segmento olvidado en la región.
En México, únicamente se destina el equivalente a 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB) a la población joven, una proporción baja en consideración de la importancia de este grupo vulnerable en la lucha contra la pobreza, explicó Bárcena.
Por otro lado, destacó la necesidad de igualar las condiciones de género entre hombres y mujeres en materia de ingresos y trabajo.
Declaró también que es de tal trascendencia ese factor que, si las mujeres ganaran las mismas percepciones que los hombres por el mismo trabajo que realizan, la pobreza podría bajar hasta 5%.
Sobre el programa social Prospera, la representante de la Cepal calificó como positivo el esquema de inserción laboral que trae consigo este nuevo plan antipobreza, a diferencia de Oportunidades y sus predecesores.
Celebró que el programa ha logrado vincular la política social con la política económica, lo cual permitirá mejorar los índices contra la pobreza.
Bárcena indicó que el proceso de reducción de la pobreza en América Latina se estancó debido a la desaceleración económica, y alertó que existe el riesgo de que puedan repuntar los problemas dada las no favorables perspectivas de crecimiento que hay para la región en este año.
Actualmente hay 167 millones de personas en América Latina en situación de pobreza, de las cuales, 69 millones se encuentran en condiciones extremas o de indigencia.
No obstante, dado el entorno económico, la Cepal calcula que la pobreza extrema o indigencia podría ser de 71 millones al cierre de 2014 una vez que se recoja la información de todos los países.
“La recuperación de la crisis financiera internacional no parece haber sido aprovechada suficientemente para el fortalecimiento de políticas de protección social que disminuyan la vulnerabilidad frente a los ciclos económicos.
“Ahora en un escenario de posible reducción de recursos fiscales disponibles se requiere mayores esfuerzos para apuntalar dichas políticas generando bases sólidas para cumplir los compromisos de la agenda de desarrollo pos 2015”, mencionó Bárcena.

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