LeBron James saltó en un intento por evitar que Jodie Meeks avanzara hacia la cesta en los últimos segundos del tercer periodo. Luego de chocar con Meeks, el astro de Cleveland cayó, poniendo las manos en el piso, y se deslizó boca abajo por la cancha.
“Me asusté, porque me fracturé en una caída así en la secundaria”, expresó James. “Iba a caer de cara o a detener la caída con las manos, pero cuando caí, sentí los brazos adormecidos. Estoy bien ahora, fue como un pinchazo, pero no estaba seguro al principio”.
James prácticamente no se perdió un minuto del partido después de ese sobresalto, y totalizó 32 puntos para conducir a los Cavaliers a su séptima victoria en fila, imponiéndose el martes 103-95 ante los Pistons de Detroit. Kyrie Irving igualó su mejor producción de la temporada con 38 puntos.
Los Cavaliers nunca estuvieron en desventaja durante la segunda mitad, pero cuando James cayó y no se levantó de inmediato, la angustia fue mayúscula.
“Desde luego, en ese momento nos preocupamos, lo que creo que es el mayor eufemismo del año”, dijo el entrenador de Cleveland, David Blatt. “En una situación así, uno sólo espera que él se encuentre bien”.
Los Cavs se desquitaron de una derrota por 23 puntos que sufrieron en casa contra Detroit el mes pasado. Ese partido fue parte de una racha de siete victorias de los Pistons, pero ahora es Detroit el que sufre por la baja de Brandon Jennings, quien se perderá el resto de la temporada tras sufrir la rotura de un tendón de Aquiles el pasado fin de semana.
Jennings fue operado con éxito el martes.
Tras la caída, James prodigó una clavada a dos manos, en el inicio del último cuarto. El astro estaba bien y Cleveland se despegó 80-68.

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