El último gobernador priista que ha tenido Guanajuato, Rafael Corrales Ayala, falleció ayer a los 90 años, en la Ciudad de México.
Corrales Ayala llegó a ser Secretario General del PRI, en una carrera durante la cual fue también Administrador de Bienes Alemanes intervenidos en México en la Segunda Guerra Mundial, titular del Departamento de Turismo y Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación.
Además, fue Director de la Lotería Nacional, dos veces diputado federal y Senador suplente.
De 1985 a 1991 fue Gobernador de Guanajuato.
La principales obras de su gestión fueron el entonces Aeropuerto Internacional del Bajío y la Autopista de Guanajuato a Silao, de cuatro carriles.
El aeropuerto fue inaugurado el 22 de febrero de 1990, en una ceremonia que Corrales Ayala encabezó junto con el presidente Carlos Salinas de Gortari
“La inversión realizada aquí debe fructificar en un aumento en la captación de divisas por parte de nuestra economía, mediante la exportación de las manufacturas de alta calidad que produce nuestro Estado y por una mayor atracción del turismo internacional”, dijo Corrales.
La nueva terminal aérea fue desarrollada con una inversión total de 25 mil millones de pesos, y reemplazó al antiguo Aeropuerto de San Carlos, que cerró aquel mismo día.
Salinas elogió la insistencia de Corrales por concretar la obra.
“Esto se concluyó gracias a la tenacidad del señor Gobernador, quien con tanto empeño supo no sólo promover ante las autoridades federales su construcción, sino que cuando los tiempos fueron difíciles, sumó a su entusiasmo los recursos del Estado para que la obra no se detuviera”.
Abogado egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, se le recordaba desde entonces como gran orador.
Sus conocidos señalan que en sus últimos años, escribía un libro sobre la coyuntura en Guanajuato a partir de que el PAN comenzó a gobernar, que esperan que su familia publique.
Corrales Ayala dejó el poder a Carlos Medina Plascencia, mandatario interino luego de que Ramón Aguirre Velázquez, que ganó las elecciones de 1991, renunció a asumir el cargo.
“Guanajuato ha perdido a un gran hombre, un hombre que llego a gobernar con profundo amor a nuestro estado, a nuestra tierra, tuve oportunidad de colaborar en su gobierno, fue mi testigo de boda, hemos perdido a un gran político”, dijo Miguel Ángel Chico Herrera
“Era un hombre muy formado en el intelecto, estaba muy lúcido, se mantenía muy fresco en sus lecturas, con una visión política muy interesante de lo que estaba pasando en este país, era un orador celebre, muy formado”, coincidió Francisco Arroyo Vieyra.

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