El último gobernador priísta de Guanajuato, Rafael Corrales Ayala Espinoza, fue despedido ayer por sus familiares, amigos y más cercanos ex colaboradores, los mismos que lo acompañaron en el momento más difícil del priismo en el estado, la ‘concertacesión’ de 1991 que dio paso a los gobiernos panistas.
“A don Rafael Corrales Ayala le tocó vivir un momento muy difícil pero debido a su gran inteligencia, a su gran preparación y a que era un hombre institucional, hizo lo que tenía que hacer”, recordó emocionado Luis Aveleyra Santos, cuarto secretario Particular del ex Gobernador.
A él le tocó vivir muy de cerca la negociación en la que ante las inconformidades por el fraude electoral, el aparente triunfo del priísta Ramón Aguirre en la contienda por la gubernatura ante el panista Vicente Fox, fue revertido por orden del entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.
Carlos Urquidi Ramírez, amigo cercano de Corrales y quien fuera representante del gobierno del Estado en la Ciudad de México, recuerda que la llamada concertacesión fue un trance complicado para el ex Gobernador.
“Fue un momento muy difícil porque él fue eminentemente priísta, fue un hombre muy exigente, respetuoso y de una gran comprensión humana”, aseguró.
José Abenamar González Herrera, el último secretario de Gobierno de la administración de Corrales Ayala, destacó que, por la ‘concertacesión’, Guanajuato fue visto como un laboratorio nacional.
“Luego eso fue visto como una transición democrática, (el ex Gobernador) fue leal a las instituciones, supo armonizar su tarea de gobernar, cumplir las decisiones del Gobierno federal y el entorno que le tocó vivir que no fue nada fácil”, explicó.
“Fue una entrega muy difícil, no se podía oponer, una de sus características es que sabía leer muy bien las circunstancias, anticipar lo que vendría, él anticipó que con la ‘concertacesión’, Guanajuato sería recuperado por el PRI hasta después de muchos años”, contó Luis Felipe Sánchez Hernández, tercer Secretario de Gobierno de Corrales Ayala, durante dos años y ocho meses.
El delegado de Agrario en el gobierno de Corrales Ayala, Saúl Núñez Ramírez, destacó su disciplina ante las decisiones del Gobierno central.
“Tuvo que cumplir con la orden de entregar al PAN el gobierno no obstante el triunfo claro de Ramón Aguirre, pero a veces las decisiones copulares dejan momentos amargos”, aseguró Núñez Ramírez.
Culto y muy cariñoso
Familiares de Rafael Corrales Ayala destacaron su preparación, inteligencia y su capacidad para la oratoria.
“Fue un hombre muy cariñoso, inteligente, sabio, sereno, tenía un Dios interior enorme, era muy tranquilo, muy entusiasta, de esos que contagian, estaba lleno de paz y siempre estaba para uno, fue un ser extraordinario que voló muy alto”, recordó con nostalgia su hija María Guadalupe.
“Mi papá fue un hombre que siempre vestía impecablemente, fue también un luchador incansable, pero siempre tuvo tiempo para su familia, se casó con la mujer que quiso y la amó mucho, cuando mi madre cayó enferma él estuvo día y noche para ella, siempre a su lado”, agregó su hija con profunda tristeza.
Hoy será sepultado
El último gobernador de extracción priísta en Guanajuato, falleció el martes a los 90 años y sus restos fueron velados martes y miércoles en la capilla 2 de Funerales Gayosso de Félix Cuevas en la Ciudad de México y hoy será sepultado en el panteón Jardín.
Desde el martes se hicieron presentes priístas cercanos al ex gobernador como el senador Miguel Ángel Chico Herrera, el diputado Francisco Arroyo Vieyra y Luis Antonio Muñoz Mosqueda, presidente del Foro Nacional de Legisladores.
También estuvieron su hermano Salvador Corrales y la esposa de éste, Patricia Pérez de Alba, junto con los hijos del matrimonio, Salvador Adrián y Patricia.
También la hermana del ex gobernador, Conchita junto con sus hijos, Mauricio, Eugenia y Gabriela.
Otros priístas como el ex alcalde de Guanajuato, Nicéforo Guerrero y Salomón Faz Sánchez, quien fuera durante el gobierno del presidente José López Portillo, líder Nacional de la Pequeña Propiedad,
Javier Vázquez Granados, quien fuera su jefe de prensa; José Huerta Aboytes, su primer secretario de Gobierno, Héctor Francia, ex alcalde de Valle de Santiago y sus hijos Héctor y Octavio, José María Sepulveda, ex diputado, Jesús Romero, compadre del ex gobernador y delegado de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos.
Y también colaboradores muy cercanos como su chofer Manuel Saucedo, su secretaria Bertha Ruíz y su mensajero Enrique Arteaga.
Algunas coronas florales de priístas enviadas para externar sus condolencias a la familia destacaron del resto, como la de César Camacho, líder nacional del PRI e Ivonne Ortega, la del senador priísta Emilio Gamboa Patrón y la de la Confederación Nacional de Legisladores.