El director chileno Patricio Guzmán impactó en la Berlinale con su cine denuncia, del genocidio colonial al pinochetista, compartiendo jornada con un Terrence Malick.
El ausente cineasta decepcionó con “Knight of Cups”, filme que defendieron sus actores, Christian Bale y Natalie Portman.
Su protagonista, Bale, es un tipo que deambula entre fiestas junto a piscinas californianas de lujo o pequeñas orgías privadas, todo muy hollywoodiano, entre seres vacíos, más o menos ricos y famosos.
“Es un ser vacío como lo es todo su entorno”, explicó el actor, tratando de suplir la ausencia de Malick que, haciendo honor a su reputación de escurridizo, no asistió a la presentación del filme.
El resultado es un filme pretencioso y finalmente casi tan vacío como sus personajes, entre los cuáles también estuvo Cate Blanchett.
“Su filme es una oda a Los Ángeles”, resumió Bale, quien admitió que Malick es un misterio también en los rodajes.
“Malik existe, sí. Nosotros incluso hemos tenido el privilegio de trabajar con él”, trató de bromear Portman, ante la insistente pregunta de quién representaba al director con aura de fantasmal, en un festival donde su película se anunciaba como uno de los platos fuertes a concurso.
Representan a Malick
El director chileno Patricio Guzmán impactó en la Berlinale con su cine denuncia, del genocidio colonial al pinochetista, compartiendo jornada con un