Apasiona la Orquesta Sinfónica Nacional

Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Johannes Brahms se unieron para deleitar a los leoneses.
Bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, la Orquesta Sinfónica Nacional se presentó en el Teatro del Bicentenario, que vibró con con cada una de las notas.
La actuación tuvo como director huésped al oboeista alemán Hansjörg Schellenberger, y a Shari Mason al violín.
Desde antes de las ocho de la noche el recinto cultural ya veía llegar a los asistentes ansiosos por la presentación, que inició unos quince minutos después de la hora mencionada.
“Octeto para alientos en mi bemol mayor, op. 103”, que consta de cuatro movimientos, de Ludwig van Beethoven arrancó el recorrido por las grandes obras.
Los instrumentos de viento se lucieron con la pieza que fue escrita por Beethoven, según algunos musicólogos, para satisfacer la demanda vienesa por la Harmoniemusik, que genéricamente se refiere a obras escritas para bandas de instrumentos de aliento-madera de diversos tamaños.
Luego llegó una de las pocas sinfonías escritas en tonalidad menor por Amadeus Mozart, la “Sinfonía núm. 25 en sol menor”.
La sinfonía compuesta por cuatro movimientos está escrita para dos oboes, dos fagotes, cuatro cornos y cuerdas.
Para entonces el público que casi llenó el recinto estaba atrapado por el sonido de la agrupación musical más representativa del país.
Luego de un intermedio llegó el turno de que Shari Mason pisara el escenario, y aunque en su entrada sufrió una caída, la violinista se lució en un vestido coral con su excelente interpretación del Concierto para violín en re mayor, de Brahms.
Este concierto fue estrenado con la Orquesta de la Gewandhaus el día de año nuevo de 1879 en Leipzig, teniendo como solista a Joachim.
Sharin Mason realizó una gran interpretación llena de fuerza que atrapó todas las miradas y más tarde, luego de poco más de hora y media, logró los aplausos del público.
Una vez más la Orquesta Sinfónica Nacional dejó claro por qué es la ‘madre’ de las agrupaciones en el país, mientras que Schellenberger y Mason deleitaron con la calidad de sus interpretaciones.