La obra de Cáritas sigue

“Un día, Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, siendo aún arzobispo de León, me hizo la invitación: ´Quiero que seas la cara de Cáritas´ “ Nos dijo Gemile en entrevista.
Cáritas es un organismo de la arquidiócesis de León que realiza labor social en áreas tan distintas como la jurídica, los talleres de oficios, la casa de la conducta, servicios médicos, casos emergentes, farmacia y bazares, donde se atienden casos de los más pobres de entre los pobres y como un ejemplo, se entregan 80 fichas al día para servicios médicos y ni así son suficientes.
“Mi primera reacción fue de negativa. Ya veía venir todo el trabajo que implica pero Monseñor me dijo algo que me hizo reconsiderar: ´Dios nos ha regalado dones y talento y éstos son para ponerlos al servicio de los demás¨ Y así fue por 10 años que la verdad nunca tuve la intención de que fueran tantos.
Durante ese tiempo le tocó tener por directores a tres distintos padres: Carlos Valadez,  Enrique Camarena y finalmente al padre Fidel Hernández “con todos hicimos una gran obra pero fue a iniciativa del padre Carlos que tenía la inquietud de crear un albergue para los familiares de los enfermos del Hospital General Regional, que logramos esa obra gracias al donativo que nos hizo de un terreno cercano al HGR la mamá de Gabino Fernández, a que la fundación “Vamos México” nos donó los planos del proyecto arquitectónico, a que el gobierno del estado, en ese entonces a cargo de Juan Carlos Romero Hicks nos donó dinero para la obra junto y al trabajo del patronato y la aportación de empresarios bienhechores logró consolidarse el “Albergue Amparo del Peregrino” que da atención a 110 personas cada día”.
A mitad de su gestión frente a Cáritas, a Gemile se le detectó cáncer y aparejado a su tratamiento, su voluntad de hierro y su amor por Cáritas, ella salió adelante en todo y recientemente recibió la buena noticia: está libre de cáncer.
En varias ocasiones ella pretendió dejar el cargo, porque cree sinceramente que se deben cerrar ciclos y dejar llegar a gente con nuevas ideas pero siempre fue sutilmente llevada primero por el Arzobispo Emérito y luego por el Arzobispo Alfonso Cortés a continuar con el cargo pero al llegar a los 10 años y firme en su decisión, renunció al puesto, entregó buenas cuentas y está lista para seguir sirviendo a los demás a través de cada llamado de Dios nuestro señor.
No es el cansancio que deja el dolor de ver sufrir a los demás, ni el desgaste físico, ni siquiera una terrible enfermedad lo que pueda alejar a Gemile de una meta como las trazadas y logradas.
Seguramente muy pronto tendremos noticias de su labor desde otra trinchera por lo pronto, ella disfruta de seguir entregándose totalmente en cada obra que emprende y eso se nota en la sonrisa que embellece aún más su rostro y que le acompaña siempre.