Estados Unidos e Irán se sumieron nuevamente en las negociaciones el domingo, esperando terminar de manera definitiva un estancamiento de décadas que ha avivado el espectro de un arsenal nuclear iraní, una nueva carrera armamentista nuclear en Medio Oriente e incluso una intervención militar estadounidense o israelí.
A dos semanas de una fecha límite para llegar a un acuerdo marco, algunos funcionarios dijeron que los negociadores probablemente emitirán un anuncio señalando que lograron un avance suficiente para justificar que prosigan las negociaciones.
Tal declaración difícilmente satisfacería a críticos estadounidenses del esfuerzo diplomático del gobierno del presidente Barack Obama hacia Irán y a aquellos de línea dura en la República Islámica, cuya manifestación se ha vuelto más vociferante y amenazante conforme las partes han reducido muchas de sus diferencias.
Oficialmente, Estados Unidos y sus socios insisten en que sus ojos están puestos en un premio mucho más grande: “Un acuerdo que protegería al mundo de la amenaza que podría representar un Irán con armas nucleares”, enfatizó este fin de semana el secretario estadounidense de Estado John Kerry.
No obstante, en momentos en que Kerry llegaba a Suiza para varios días de negociaciones con el ministro iraní de Relaciones Exteriores Mohammad Javad Zarif, nadie promete grandes avances. Un diplomático dijo que surgieron nuevas diferencias en la más reciente ronda de negociaciones de lo que ha sido un proceso de 15 meses, incluida una súbita exigencia de Irán de que se permita que una instalación nuclear subterránea conserve cientos de centrífugas que son utilizadas para enriquecer uranio, material que puede ser utilizado en una ojiva nuclear. Previamente, los iraníes habían aceptado que la planta sería transformada para utilizarse únicamente para investigación científica, dijeron el diplomático y otras personas.
El acuerdo que había estado tomando forma contemplaría que Irán congele su programa nuclear durante al menos una década, con restricciones que se levantarían gradualmente durante un período de quizá los siguientes cinco años.
Washington y otras potencias mundiales reducirían a la vez de forma gradual, en varias fases, sanciones que han estropeado a economía iraní. Irán señala que sólo le interesa la generación de energía para fines pacíficos e investigación médica, pero gran parte del mundo ha sospechado que mantiene ambiciones ocultas de desarrollo de armas nucleares. Estados Unidos y su aliado Israel han amenazado en varias ocasiones con acción militar si el programa de Irán avanza demasiado.
Hablando el domingo para CBS News, Kerry dijo que la mayoría de las diferencias entre Irán y el grupo negociador conformado por Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia eran “políticas”, no técnicas.
El funcionario no proporcionó detalles, pero los asuntos políticos tienden a incluir niveles de inspecciones, el trabajo militar previo de Irán vinculado a su programa nuclear y qué tan rápidamente disminuir las sanciones. Los asuntos técnicos se refieren, por ejemplo, a cuántas centrífugas puede conservar Irán, qué tipos de esas máquinas y cuánto plutonio se le permitiría producir para un planeado reactor de agua pesada.

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