Médicos del Hospital Infantil de México Federico Gómez llevaron a cabo la cirugía más compleja hasta ahora en el instituto para corrección de displasia frontonasal en una paciente de 2 años que tiene un pronóstico prometedor.
Enrique Ochoa Díaz, jefe del departamento de Cirugía Plástica y Reconstructiva de este instituto nacional, explicó que la displasia frontonasal es una malformación congénita que se presenta en 1 de cada 100 mil nacimientos.
“Durante la gestación, entre la tercera y la octava semana, las dos mitades de la cara no se juntan para formar las estructuras normales, no se forma la nariz ni las estructuras internas y lo principal es el hipertelorismo, una separación muy importante de las órbitas”, detalló.
Las cirugías para corregir esta deformidad se realizan desde hace más de 40 años en el instituto, sin embargo, Ochoa destacó el caso de Fátima, una pequeña poblana que fue intervenida el 10 de febrero pasado.
El cráneo de la paciente presentaba un espacio de seis centímetros entre las órbitas oculares y cuatro orificios nasales en posiciones anormales y sin comunicación con la faringe, además de alteraciones en gran parte de su rostro.
“La malformidad era muy severa, la cirugía se extendió por más de 10 horas. Lo que hacemos es abordar el cráneo, quitar el hueso frontal y los neurocirujanos disecan (separan) todas las estructuras de la base del cráneo, estoy hablando del cerebro, las meninges y otras estructuras para permitirnos hacer cortes en los huesos, retirar el tejido sobrante de la parte media, llevar hacia el centro las dos partes de la cara y luego fijarlas con placas finas y tornillos de titanio”, describió.
Para realizar los cortes en el cráneo y retirar el hueso frontal, se utilizó un cortador ultrasónico de hueso de alta velocidad, una sierra de ultrasonido que permite cortar el hueso sin lesionar los tejidos circundantes.
En la intervención participó un grupo extenso de médicos, entre ellos cirujanos plásticos, neurocirujanos, ortodoncistas, oftalmólogos, genetistas, foniatras, pediatras, anestesiólogos e intensivistas.
Ochoa calculó que aproximadamente en un año, una vez que los tejidos se hayan revascularizado y hayan cicatrizado, Fátima será sometida a otra cirugía para rotar los orificios nasales y comunicar la vía aérea con la faringe, ya que por el momento la niña respira a través de una traqueostomía.
Cuando cumpla alrededor de 6 años, la paciente deberá ser sometida a una reconstrucción nasal y aproximadamente 10 años después será necesario hacer una última corrección estética de su nariz.
Ochoa se mostró optimista ante el pronóstico de la paciente, ya que presenta un desarrollo cognitivo normal, por lo que podrá desenvolverse y ser independiente.
“Antes de hacer una intervención de este tipo se hace un diagnóstico neurológico adecuado porque si es un paciente que tiene microcefalia (que su cerebro es demasiado pequeño), no es candidato para este tipo de cirugía.
“En el caso de Fátima, ella sí fue candidata porque está en condiciones de tener una vida perfectamente normal; espero que vaya al kínder, a la primaria, a la secundaria, que haga una carrera”, comentó.
De referencia nacional
El Hospital Infantil de México Federico Gómez es un centro de referencia nacional para el tratamiento de niños con malformaciones craneofaciales como displasia frontonasal, Síndrome de Crouzon, Síndrome de Apert, Síndrome de Goldenhar, plagiocefalias y microsomías hemifaciales, entre otras, lo que se traduce en un promedio de 80 cirugías al año.