Debido a escenas fuertes requeridas en una iglesia, la producción de Belzebuth tendrá que reconstruir los interiores de una de ella, en foros. 
Después de todo, señala Rodrigo Herranz, responsable del proyecto encabezado actoralmente por Joaquín Cosío, parte de la historia tiene que ver con muertes de niños. 
“Sabemos que no nos van a dejar filmar en un iglesia, así que ya la verán, va a ser una secuencia que va a dar de qué hablar, será estelar”, señala. 
Belzebuth cuenta en la dirección con Emilio Portes (Pastorela y Conozca la cabeza de Juan Pérez), quien en estos momentos se encuentra en la realización final del story board y el diseño del demonio, personaje principal. 
“Es una película clásica de terror, yo digo que es una mezcla de policiaca como Seven, con asesinatos brutales y donde poco a poco vemos como dos policías, uno de ellos americano que viene a ver qué pasa en la frontera, se dan cuenta que no son crímenes normales, sino que hay algo sobrenatural”, detalla Herranz. 
“No va ser sangrienta, sino muy sugerido, ya verán; son matanzas de niños, un poco polémico por ello, pero es la historia de un demonio que anda buscando a un niño”, añade. 
Belzebuth lleva levantándose cinco años y si todo sale conforme a lo planeado, arrancarían rodaje el mes próximo en Mexicali, Baja California. 
Portes, el realizador, se encuentra en la parte final de selección de elenco, incluyendo un par de actores de EU. 
El costo de la producción, valuada en 45 millones de pesos, cuenta con los beneficios del Fidecine, fondo que apoya cintas de corte comercial y Eficine, que permite ocupar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) en hechura de filmes. 
Videocine se encuentra como distribuidor de la historia donde también actuará José Sefami (Días de gracia). 
De las nueve semanas de rodaje, cuatro se realizarán en la Ciudad de México, usando foros. 
“Son dos set importantes, además de la iglesia, unos túneles donde pasan cosas”, expresa Herranz. 
El demonio, apunta, será también sugerido, aunque se podrá ver ocasionalmente en pantalla. 
El entrevistado subraya que las cabezas de cada departamento, incluyendo actores, está colaborando con parte de su sueldo, para la filmación. 
“Es para hacerla lo mejor posible, estamos asociándonos”, indica. 
El terror mexicano. Uno de los géneros cinematográficos más nobles en EL cine, el terror, también lo ha sido para las manos mexicanas que han participado en él. 
Kilómetro 31, de Rigoberto Castañeda, fue vista por más de 3 millones de espectadores en 2007 y su secuela, anunciada para este año con gran parte del elenco original, ya genera expectativas entre el público. 
Carlos Enrique Taboada, considerado el amo del terror nacional, ha saltado de nuevo a la palestra al haberse realizado los remakes de sus originales Hasta el viento tiene miedo, Más negro que la noche (esta en 3D estereoscópica) y El niño de piedra. 
Todas ellas superaron el millón de espectadores de acuerdo con información de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine). 
Cañitas, basada en la presunta experiencia paranormal de Carlos Trejo, atrajo a más de medio millón de personas en su corrida comercial y su director, Julio César Estrada, espera el lanzamiento de Jirón de niebla, historia inédita del mencionado Taboada. 
Las animaciones también han tenido éxito: las leyendas de la Nahuala, la Llorona y las Momias de Guanajuato, contabilizan cerca de seis millones de boletos vendidos. 

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