Lo que era una peregrinación de reconversión y de evangelización a Tierra Santa terminó en un viacrucis.
Celina Muñoz Castellanos y su hermana Fabiola están hospitalizadas y esperan que la agencia de viajes que contrataron para hacer el viaje a Tierra Santa se responsabilice de los gastos médicos y funerarios que han tenido que enfrentar.
A la familia de las hermanas Muñoz le informaron que el cuerpo de Leticia, fallecida en un accidente en Egipto, estaba en Holanda y se espera que llegue a México a más tardar mañana.
La más delicada de las dos hermanas hospitalizadas es Fabiola, a quien los médicos de León diagnosticaron lesiones en rostro y cuerpo, mientras que Celina tiene lesiones en las vertebras.
Celina Muñoz Castellanos relató a AM la tragedia que vivieron en el desierto del Sinaí, cuando se dirigían a un monasterio.
El lunes 27 salieron las tres hermanas en camión especial hasta el aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.
“Nadie nos comentó que se había registrado un deslave en la carretera Querétaro-México, estuvimos a punto de perder el vuelo. El martes temprano llegamos a Madrid y con nuestro guía, Mauricio Guízar, y el padre Gerardo, visitamos el santuario de Santa Gema Galgani.
“El viaje no se realiza con el afán de turistas, o de compras, sino para conocer el Evangelio en carne propia”, relató.
El primer viaje
Para Celina y Leticia era su primer viaje a Tierra Santa, mientras que para Fabiola era el segundo.
Las hermanas formaban parte de de los 31 mexicanos que iban en la peregrinación, 21 eran mujeres y 10 hombres.
El martes salieron de Madrid rumbo a Israel, el miércoles estuvieron en la fortaleza de Mazada -construido en la época de Herodes- donde escucharon misa.
El tercer día de la peregrinación estaba destinado a conocer el Monte Sinaí.
El camión que llegó al hotel por los peregrinos estaba muy lejos de ser de primera clase, no tenía sanitarios y estaba en malas condiciones, como los caminos.
“Me dolía el corazón de ver tanta pobreza y miseria en esos lugares. Es un gran dolor ver el sufrimiento de las familias que viven en esos lugares. Gente muy dañada moral y económicamente”, relató Celina con voz pausada.
Ella viajaba con su hermana Leticia en la parte de atrás del autobús.
“Iba a exceso de velocidad y en un camino malo. El camión se salió una vez del camino, justo en el momento que le iba a decir que le bajara a la velocidad”.
Fueron segundos de angustia.
“Se escuchó un ruido muy fuerte y el camión cayó de costado. Algunos pasajeros, entre ellos mi hermana Leticia, salieron del camión”, dijo.
Negó que en el camión se haya registrado un incendió.
“Como pudimos salimos entre cuerpos. Tratamos de auxiliar a los más graves. Corrí a media carretera para buscar ayuda. Fue una gran impresión ver a mi hermana muerta y a mis compañeros lesionados. Fue horrible”, dijo.
La ayuda llegó en poco menos de una hora.
La ambulancia que las llevaba a un hospital sufrió un percance: se le reventó una llanta a medio desierto. Al final pasó más de una hora y media antes de que recibieran atención en un hospital.
“En esos hospitales hay mucho dolor y mucha pobreza. Nosotros estamos en la gloria”, subrayó.
Desde el lugar del accidente las hermanas solicitaron apoyo vía telefónica a través del noticiero de Joaquín López Dóriga, y de ahí a la embajada.
Celina Muñoz lamentó las malas condiciones de los hospitales, donde no hay agua en los baños.
“Sentimos morir. Pensaba en mis padres, en mis hijos, en mis seres queridos. Fueron momentos de gran angustia y desesperación. Pensé que podría morir porque se me dormían pies y brazos”.
Agradece apoyo
Ayer agradeció el apoyo que ellas y su familia han recibido de las autoridades mexicanas, del gobernador Miguel Márquez, de la alcaldesa  Bárbara Botello  y de su tío Rogelio Castellanos, militar de alto grado en una embajada.
“Fue un calvario. Todo un viacrucis para todos. Damos gracias a Dios de estar con vida. Es de agradecer que Dios nos cuidó, pero cuánto dolor y cuanto tristeza hay en esos lugares. Nosotros lo tenemos todo y es de dar gracias a Dios”, añadió Celina, una mujer de mucha fe.

Comparten pérdidas

Celina y Fabiola Muñoz Castellanos regresaron a León sin su hermana Lety, y nadie puede entenderlas mejor que Anahí Guadalupe y María Elena Espín, que emprendieron la peregrinación con su hermana María de Lourdes y regresaron sin ella.
Estos dos grupos de tres hermanas ya se conocían de una peregrinación anterior; de la fe compartida se llegó también a la amistad y al disfrute de compartir de nuevo un viaje religioso por los lugares sagrados.
“Estamos agradecidas con Dios porque estamos bien mi hermana y yo, y ahora con mucha fe… El esposo de mi hermana Lourdes está bien, por suerte, sin heridas”, dijo Anahí Guadalupe.
Celina Muñoz está destrozada por la muerte de su hermana, pero confortada por su fe.
“Estos viajes a mí me cambiaron un poquito el concepto y la visión de la vida. Ahora de verdad nos tocó por ejemplo que Lety, mi hermana, entregara su vida, pero le digo con mi corazón: las lecturas que nos ha estado dando el Evangelio estos días han tenido un contenido que sentimos que no es casualidad, que dentro del dolor nos conforta”, aseguró la leonesa.

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