¡La banda más ruidosa del planeta llegó a casa!…Deep Purple llevó al éxtasis a más de 4 mil personas que no creían lo que estaba pasando en el Poliforum.
El “sueño guajiro” se convirtió en realidad con la presencia del grupo más influyente de la historia, la que revolucionó el sonido del rock en la década de los setenta.
Desde las 8 de la noche, la fila de fanáticos rockers de la nueva y vieja guardia pintó de negro el lugar: cabelleras largas, tatuajes, el sonido del “Smoke on the water” en las motocicletas, y uno que otro despistado con AC DC, evocaron a un ambiente de camaradería.
A las 9 de la noche y tras la intervención de Bulbox, el espacio caliente de la sala 1 se apaciguó. El crew de la banda (recién desempacada de Guadalajara), se dedicó a afinar los detalles para la noche estelar.
Personas de la tercera edad y hasta niños fueron testigos del acontecimiento más grande para el rock en León.
“Deep Purple es mi banda favorita, ya sólo falta que venga Black Sabbath para morir en paz”, dijo Jesús Muñoz, uno de los asistentes.
Tras el ir y venir de cervezas y bebidas alcohólicas, la luz se apagó y a las 9:30 de la noche la espera terminó.
Ian Gillian en la voz, Steve Morse en la guitarra, Don Airey en teclados, Roger Glover en el bajo e Ian Paice en la batería tomaron el escenario…aquello fue el boom.
El despliegue de luces, pantallas y la sola presencia de los británicos fue casi religioso para los apasionados del Hard rock.
El poderoso “Highway Star” rompió con el protocolo: la gente sacó sus cigarrillos y comenzó a fumar en un espacio libre de humo. “Into the fire” y “Hard Lovin Man”, estuvieron cargados del virtuosismo de Airey, Morse y Paice.
Los acetatos volaron en la escena, las viejas playeras se ondaron como banderas y los gritos mantuvieron alerta.
Ian Gillian demostró que, a pesar del tiempo, la actitud rocker no termina y dio la bienvenida a pesar de la mala sonorización del lugar.
“¡Fantástico!, !hola!, muchas gracias por estar aquí. Les hemos preparado una primera parte de buenas canciones…¡Yeah!”, dijo.
“Strange Kind of woman”, “Vincent Price”, “Contact Lost”, “Uncommon Man” siguieron en el repertorio musical.
“¡Muchas gracias, esto es grandioso!. Voy a presentarles al único, el original: ¡Steve Morse!”, agregó el músico.
Con un solo de guitarra, Steve se llevó al público a la bolsa. No por nada es parte del exclusivo círculo de guitarristas denominados los “Shredders” y recomendando del afamado Joe Satriani.
Los fanáticos levantaron pancartas de bienvenida: “¡Welcome to México!”.
El espectáculo no se detuvo, Ian Paice sorprendió con el aporreo de batería ejecutado con unas baquetas que emanaron colores.
Gillian con la armónica y Airey en su teclado provocó el aplauso al sellar su interpretación con las notas del himno nacional mexicano.
“Hell to pay”, “Keys”,”Perfect Stranger”, “Space Truckin’ ” y “Smoke on the water”, cerraron la primera tanda.
Tras la salida falsa, la banda volvió al stage para regalar dos interpretaciones más: “Hush” y “Black night”.
Tras el termino y la eufórica respuesta, los Deep lanzaron baquetas, plumillas que fueron atrapadas por varios fans.
La noche termino pasadas las 11 de la noche y para muchos fue una de las más legendarias de su vida.
La banda celebra más de 20 años de su primer visita a México. León no podría quedar fuera de la celebración  y de ser parte del tour Now What?!, que terminará este mes.

Los escoltan

A su llegada al Aeropuerto Internacional del Bajío, Deep Purple fue escoltada por un grupo de 50 motocliclistas.
Durante todo el trayecto los bikers (en su mayoría fans), resguardaron la integridad de la banda hasta su llegada al hotel después de las 3 de la tarde.
Un grupo de seguidores los esperaba con playeras, discos, guitarras y la emoción de tenerlos en casa.
“Se portaron accesibles, buena onda, lo único malo fue tanta gente que estaba a su alrededor”, dijo Mauricio Martínez, fan.
Tras el soundcheck y su espectáculo, muchos más decidieron interceptarlos en el hotel para la preciada firma.
La banda dejó la ciudad después de las 10 de la mañana de ayer, de la misma forma en que llegaron.

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