A las 9 de la noche, las puertas del Panteón Norte se abrieron.
El grupo de 15 personas que esperaba afuera, entró sigiloso y paró en el atrio.

Al fondo, los golpes pausados de un tambor eran lo único que se escuchaba. Una luz intermitente destellaba en medio de la oscuridad y de las tumbas, y se acercaba poco a poco.

“¡Oh mortales curiosos, cómo se atreven a entrar al lugar de los muertos!”, exclamó a gritos la voz de un hombre que paso a paso se dejó ver entre la oscuridad.

Andrajoso, con un sombrero de paja, un tambor colgado al hombro y un bastón con el que se sostenía, el hombre de edad avanzada y cara demacrada se acercó y se presentó como el sepulturero del lugar que regresó de la muerte para recibir a los mortales. Luego invitó a los presentes a continuar el recorrido.

“No me hago responsable, porque este lugar es para el descanso de los muertos, no para los vivos”, advirtió el sepulturero.

Así comenzó el primer recorrido nocturno de este año en el Panteón Norte.

Al paseo que resulta misterioso y escalofriante, esta vez asistieron los integrantes del ‘Grupo Joven’ del Instituto Municipal de la Juventud, liderados por el director, Mariano Zavala.

Todos comenzaron a caminar por el panteón viejo, la sección que fue inaugurada en 1890.

A paso lento tras el sepulturero avanzaba el grupo, mientras contaba historias y leyendas de las tumbas que ahí yacen.

“Tengan cuidado por dónde caminan; a esta hora de la noche hay muchos animales. No sea que pisen una lápida y caigan en ella, supongo que no les gustaría que alguien pisara sus despojos cuando ustedes estén muertos”, decía con voz cínica el viejo.

El narrador hacía pausas para detallar la historia de algunas tumbas, como la de don Secundino, el primer hombre sepultado ahí; o la de Silvano Ramos, autor de la canción ‘Allá en el Rancho Grande’, quien murió de tétanos.

El hombre paseó al grupo frente a la tumba de ‘El Brujo’, un sepulcro peculiar hecho de piedra pómez o caliza, en la que se cree que se realizan rituales, pues a eso se dedicaba su ocupante.

El recorrido siguió por las tumbas del profesor Francisco Juárez, del poeta Liborio Crespo, el político Enrique Colunga y el empresario Eusebio González.

Luego se mostró el sepulcro de cuatro hombres que fueron enterrados juntos, porque murieron el mismo día hace muchos años en la Hacienda de San Nicolás.

Frente a la tumba de Valentín Mancera, el sepulturero contó la historia que lo convirtió en leyenda. Aquélla en la que se relata cómo el bandido de San Juan de la Vega fue traicionado por su mujer y asesinado por la Policía, que lo odiaba por cometer delitos en favor de los más pobres.

El recorrido por el panteón viejo concluyó con el relato de la leyenda del ‘Árbol del ahorcado’, no sin antes estremecer a los presentes con varios sustos sorpresivos.

Luego, en el panteón nuevo, la sección inaugurada en 1945 para expandir el terreno a falta de espacios en el panteón viejo, se contaron las leyendas más contemporáneas, como la de ‘la tumba del Diablo’.

También se mostró el mausoleo de la familia Herbert y la tumba del niño travieso.

Incluso, los participantes pudieron entrar en un mausoleo subterráneo, el de la familia Vizcaya, momento que llenó de tensión el ambiente.

Al término del recorrido, el sepulturero pidió una cosa: “No se lleven nada, ni dejen nada; no me hago responsable si el dueño de lo que se lleven los persigue”.

Los mortales se sacudieron y dejaron ahí lo que los acompañó durante todo el paseo.

Impulsarán los recorridos nocturnos

Por primera vez en 2013, se realizó el recorrido nocturno en el Panteón Norte la noche del pasado jueves.

Este paseo, que se ha considerado como un atractivo turístico, seguirá impulsándose para que más celayenses y visitantes puedan disfrutar de él.

Gabriel Estrada, organizador y narrador de la compañía ‘La Vulgata Teatral’ y ‘Tuercas Prietas’, recordó que fue en noviembre de 2011 cuando se realizó el primer recorrido nocturno.

A más de un año de su creación, los recorridos permanecen en el interés de la gente que quiere conocer el Panteón Norte y sus leyendas en medio de la noche.

Mariano Zavala, director del Imjuv, aseguró que el Instituto buscará la forma de impulsar estos recorridos para que los celayenses, pero en especial los jóvenes, se involucren en ellos y asistan.

Gabriel Estrada informó que el recorrido tiene un costo de 70 pesos por persona, y que se realizan cada vez que se abre un grupo de por lo menos 15 interesados.

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