Aunque en México no se reconoce una tortura generalizada, datos de la Procuraduría General de la República (PGR) revelan que las denuncias por ese delito escaló, en lo que va de sexenio, de 2012 a 2014, en un 733%.
En 2013 y 2014, se reportaron 3 mil 568 actos de tortura a la PGR, mientras que de 2006 a 2012 fueron denunciados 487 casos, indican datos de la Procuraduría proporcionados vía Transparencia.
Aunque las cifras son inferiores a las registradas por Juan E. Méndez, Relator Especial de Naciones Unidas sobre el tema, alertan que la tortura aumentó.
La información de la PGR establece que del primero de diciembre de 2006 al 30 de octubre de 2014 suman 4 mil 55 denuncias por tortura, de los cuales mil 884 casos se encuentran en etapa de investigación.
Sólo de los 2 mil 403 casos reportados en 2014, la PGR indicó que son investigados mil 622.
Para la estadística sobre tortura en el País fueron consultadas la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, a la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales, a la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional y la Visitaduría General de la PGR.
Esas unidades administrativas, aclaró la Procuraduría, manifestaron que no contaban con datos de cuántas personas fueron sometidas a proceso penal y cuántas fueron sancionadas.
En marzo de este año, el Relator dio a conocer que entre 2006 y 2014, se documentaron 12 mil 787 quejas y concluyó que la tortura es una práctica generalizada en México, declaración que levantó ámpula en México.
Lamentó que existe un escaso número de investigaciones efectivas por estos delitos y una ausencia casi absoluta, tanto a nivel federal, como estatal, de sentencias condenatorias, lo que conlleva a una persistente impunidad.
En esa ocasión, Juan E. Méndez, detalló que el modus operandi de la tortura en México comienza con la privación de la libertad sin orden judicial.
En respuesta, el Gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), rechazó esa afirmación y pidió a la ONU sustentar su informe sobre tortura.

Recrudecen métodos

Moler las venas de las piernas con un rodillo al grado de inhabilitarlas; mostrar una fotografía de un familiar cercano y amenazar con descuartizarlo; o provocar desmayos en una persona para que sea reanimada a golpes, son parte de un paquete de tortura especializada que se emplea en México por parte de autoridades.
La doctora en psicología María Isabel Mazo, egresada de la Universidad Nacional de Colombia, realizó una serie de peritajes a distintos presos del penal federal de Occidente y corroboró que esas modalidades de torturas son aplicadas, ya sea para lograr que una persona se autoculpe por haber cometido un delito o para arrancar confesiones.
“El caso del rodillo es nuevo, no lo había visto en mi carrera”, expuso.
“Pero lo que me preocupa que, en este caso la Policía Federal, están especializándose para determinar en cada caso qué tortura es complementaria a la básica, me preocupa que tienen placer por impartir dolor, que eso les causa poder”, alertó.

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