Un boquete de seis metros cuadrados y dos de profundidad, abierto por la presidencia hace más de tres meses para componer el drenaje, tiene en riesgo latente a los habitantes de la colonia Ejido Dolores, quienes piden que sea saneado antes que termine la administración de Adrián Hernández.
Según los vecinos, el boquete ubicado en la calle Prolongación Avenida Norte, se abrió a mediados de mayo, luego que las lluvias provocaran inundaciones en las viviendas junto al desagüe instalado en 2013 durante la pavimentación de la calle.
Una desgastada lámina informativa colocada en la calle por el Municipio, señala que la pavimentación fue terminada en agosto de 2013 y tuvo un costo de 694 mil 761 pesos del ramo federal 33, de aportaciones para la infraestructura social municipal.
Durante las lluvias el agua baja por la calle, arrastra tierra y piedras de la colonia Ejido Dolores y de la avenida Norte que tapan la coladera de apenas tres metros de largo. Desde que inició la pavimentación los vecinos señalaron que no sería suficiente.
Hace un año, con la caída de una fuerte tromba, varias casas quedaron con agua hasta un metro por encima del suelo, lo que motivó a los vecinos a pedir la intervención municipal, pero fue hasta mayo de este año que personal de Obras Públicas acudió para abrir el boquete.
El boquete está junto a una vivienda y tiene una profundidad de aproximadamente dos metros. Personal municipal colocó bardas y señalamientos para evitar accidentes, sin embargo los vecinos consideran que no es suficiente.
Aunque, tanto la directora de Desarrollo Urbano, Eréndira Vidales, y el titular de Obras, Francisco Castellanos, les prometieron que la obra se concluiría, los vecinos temen que siga igual después 10 de octubre, cuando termine la administración del alcalde Adrián Hernández.

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