El presidente Otto Pérez Molina reconoció el lunes que el país atraviesa un momento de crisis tras los escándalos de corrupción en los que se ha visto involucrado y ratificó que no renunciará al cargo.

“Es una situación delicada y compleja, como nunca se había visto en el país”, dijo Pérez Molina sobre la situación que atraviesa Guatemala, tras las acusaciones de que él estaría involucrado en casos de corrupción.

“Yo tengo dos opciones una es renunciar y la otra someterme a la justicia, y es lo que voy a hacer”, insistió el presidente.

En la conferencia de prensa que duró 55 minutos Pérez Molina se dedicó a defenderse de las acusaciones y afirmó en tres ocasiones que el país debe realizar las elecciones previstas para el domingo porque es la ruta para finalizar con las crisis y tener nuevas autoridades.

“Que el proceso eleccionario se lleve a cabo de la mejor forma posible y Guatemala pueda seguir adelante”, dijo el presidente, quien fue cuestionado por periodistas si existía un compromiso con algún partido opositor para asegurar que se den elecciones a cambio de que en el Congreso el antejuicio en su contra no avance.

“No he negociado con nadie” dijo Pérez Molina.

El presidente dijo que su estadía en el gobierno hasta el término del mandato presidencial en diciembre y su negativa a renunciar al cargo no va a influir en la aplicación de justicia.

Para el Procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León, que “lo más prudente (para el presidente) es renunciar y someterse a la justicia. El escenario es muy complicado. Se juega al cansancio de la gente y eso puede ser conflictivo. Ojalá no se salga de las manos.

Dijo en entrevista a The Associated Press que “ahora son los diputados quienes una responsabilidad histórica independientemente de su color político. Que voten, que nada entorpezca el proceso en el congreso y que ellos resuelvan de inmediato”.

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