Hungría suspendió el martes el tráfico ferroviario desde la principal estación de trenes de Budapest y desalojó del edificio a cientos de migrantes que intentaban subir a convoyes para viajar a Austria y Alemania: los destinos más deseados después de huir de la inestabilidad del Oriente Medio y Asia.
Migrantes congregados en el exterior de la estación coreaban “¡Libertad! ¡Libertad!” tras ser expulsados del edificio, uniéndose a centenares más en un lugar que se ha convertido en zona de paso y lugar de refugio para quienes escapan de la guerra de Siria y otros conflictos.
La policía actuó poco después de que las autoridades anunciaran a través de los altoparlantes de la estación que no habría salidas de trenes durante un periodo indeterminando de tiempo. Cientos de pasajeros con documentos de viaje y boletos permanecieron en el interior de la estación cavernosa, algunos mirando los paneles informativos que muestran las horas de llegada y partida.
A primera hora de la mañana estallaron enfrentamientos cuando algunos de los cientos de migrantes empujaron las puertas metálicas que conducían al andén, con un tren que viajaba a Viena y Múnich, donde fueron bloqueados por la policía.
El ministerio del Interior de Hungría, una de las naciones más golpeadas por la crisis migratoria en Europa, informó el martes que más de 156.000 migrantes han entrado este año. Precisó que alrededor de 142.000 personas han solicitado asilo, entre ellos 45.000 migrantes procedentes de Siria.
Mohammed, un economista de 24 años procedente de la ciudad siria de Alepo, dijo que el caos de la estación de Keleti es la peor situación que ha vivido desde que abandonó su país.
Mohammed, que rechazó identificarse con su apellido por miedo —ya que su familia sigue en Alepo_, dijo que compró un boleto hacia Múnich por 200 euros (225 dólares) el lunes por la noche, cuando la policía húngara le dijo que podría salir del país. A pesar de mostrar su pasaporte sirio a los agentes en el andén, el martes le impidieron partir porque no tenía un visado para Alemania.
El cierre de la estación pareció estar provocado en parte por la presión de otros países de la Unión Europea que intentan gestionar la llegada de miles de migrantes a través de Hungría. Europa se ha visto sobrepasada por una importante oleada migratoria, con más de 332.000 llegadas en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones.
La policía en Viena dijo que 3.650 migrantes llegaron el lunes a la estación Westbahnhof, procedentes de Hungría. La mayoría continuó su viaje hacia Alemania.
“Permitirles embarcar en Budapest (…) y ver cómo parten al vecino (Austria) no es política”, dijo el canciller austriaco Werner Faymann a la televisora estatal ORF.
Además de las críticas a Hungría, las autoridades austriacas reconocieron también estar desbordadas por los miles de personas que llegaron en tren el lunes por la noche. La policía dijo que no tenía agentes suficientes para realizar controles efectivos, que normalmente supondrían devolver a Hungría a quienes no tengan documentos de viaje correctos para solicitar asilo en Austria.
En su búsqueda de traficantes de personas, las autoridades austriacas volvieron a implantar controles en algunos de los principales cruces fronterizos con Hungría. Utinform, la agencia de noticias húngara sobre tránsito, dijo que los autos que entraron a Austria por el paso de Hegyeshalom, en la principal autopista que une Budapest y Viena, sufrieron atascos de 6 kilómetros (3 millas y media) el martes.
Muchos de los migrantes entraron en Europa a través de Grecia. Luego viajaron hacia el norte a través de Macedonia y Serbia antes de entrar en Hungría.
La tensión entre Grecia y Macedonia, donde unas 1.500 personas esperan para cruzar, volvió a estallar el martes cerca de la localidad griega de Idomeni cuando cientos de personas, en su mayoría afganos y paquistaníes, intentaron atravesar la frontera custodiada por policías macedonios.
En Ginebra, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dijo que el número de mujeres y niños que huyen a través de Macedonia se triplicó en los tres últimos meses. Hasta 3.000 personas flanquean ese paso diariamente y casi uno de cada ocho es una mujer embarazada.
La guardia costera griega, por su parte, dijo el martes que en las últimas 24 horas rescató a más de 1.000 migrantes del mar frente a las islas del Egeo.

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