El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha tratado durante 20 años de conseguir que un papa venga a hablar ante el Congreso. La líder de la minoritaria bancada demócrata, Nancy Pelosi, dice que le faltan palabras para manifestar su emoción.
Esta semana el histórico discurso del papa Francisco al plenario del Congreso tiene entusiasmados a los legisladores de toda afiliación política y religiosa. Para los muchos legisladores católicos en el Capitolio, incluso el republicano Boehner y la demócrata Pelosi, la ocasión conlleva un significado especial pese a que están advertidos de que este pontífice nada convencional podría no complacer precisamente a ninguno de los dos partidos con algunos de sus principios morales que abarcan cuestiones políticas y sociales.
Antes del discurso del jueves, muchos legisladores manifestaron esperanza de que el líder espiritual de 1.200 millones de católicos sacuda a los miembros del Congreso para reflexionar y abstenerse, al menos temporalmente, de las pujas partidistas que suelen dominar la cámara baja donde hablará.
Al mismo tiempo, los legisladores han empezado a invocar la figura papal para avalar sus argumentaciones en distintos temas. Los demócratas, en particular, esperan que les proporcione municiones contra la mayoría republicana en cuestiones como desigualdad en los ingresos, inmigración y cambio climático.
“Siempre existe la esperanza de una revelación”, comentó el senador demócrata Sheldon Whitehouse, una de las voces que promueven acción en el Congreso para combatir el calentamiento global.
Algunos republicanos sospechan de la posición activista del papa en esa y otras cuestiones. Un representante republicano, Paul Gosar, anunció planes de boicotear el discurso de Francisco debido a versiones de que el pontífice podría concentrar su mensaje en el cambio climático. El republicano sostuvo que “si el papa desea dedicar su vida a combatir el cambio climático, puede hacerlo en su tiempo personal”.
Pero los republicanos pueden consolarse con otras posturas de Francisco como su oposición al aborto.
“Solo espero que oigamos argumentos menos ligados a políticas específicas y más a los objetivos más edificantes para el mundo”, afirmó el senador republicano Thom Tills. “Para mí es una oportunidad única. Miles de millones de católicos nunca están en la misma ciudad que él y me entusiasma estar en el mismo salón y escuchar lo que tenga que decir”.
Sentado junto a Boehner y el vicepresidente Joe Biden, otro católico, el papa Francisco será uno de los pocos líderes religiosos que pronuncien un mensaje al Congreso en pleno. Según el historiador de la Casa Blanca, la primera fue la reina británica Isabel II en 1991. La monarca británica es también técnicamente líder de la Iglesia anglicana. Oficialmente, Francisco hablará en su condición de jefe de Estado del Vaticano.
Se anticipa que decenas de miles de personas se congregarán en torno al Capitolio, donde el discurso del papa será transmitido a quienes no hayan podido conseguir entradas. Después de hablar al Congreso saldrá al frente para saludar a la multitud. Toda su visita al Congreso debe durar 90 minutos.
Francisco hablará a un Congreso en que los católicos tienen mayor proporción que la población en general, según el Centro Pew de Investigación. Los católicos representan el 30% de los legisladores, en comparación con el 22% de los adultos estadounidenses.
Legisladores católicos entusiasmados con visita papal
Esta semana el Papa Francisco se presentará ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos.