Maravilla a leoneses “Todavía… siempre”

Con una tercera producción en la ciudad, Teatro de Ciertos Habitantes volvió a encantar a los leoneses en el Teatro Estudio del Bicentenario.
‘Todavía… siempre’, que tuvo su última función el domingo pasado a las seis de la tarde, provocó desde la más sincera carcajada hasta escalofríos repentinos.
Un anuncio sorpresivo para los asistentes marcó el inicio de la obra. “Hasta en el ocaso de la vida puede uno corregir los errores”, fue la primera frase que una Tara Parra recién ‘escapa del hospital’, lanzó al público, para luego recordar la muerte de su madre.
“Algunos piensan que sólo mencionarla es atraerla, otros lo toman mejor y creen que es muy fácil. Todo es palabrería hasta que la muerte toca a la puerta”, expresó la octogenaria actriz y ya nadie quitó la vista del escenario.
Entonces se hizo evidente el homenaje a aquellos artistas pioneros del teatro en el País. Tara recordó cómo inició su carrera bajo la dirección de Emilio Carballido, sus estudios de pantomima con Marcel Marceau.
El contacto con el público es parte esencial del montaje, los presentes cantaron y hasta lloraron cual recién nacidos. El joven leonés Ernesto Rodríguez, fue elegido por la actriz para acompañarlo en el escenario durante casi toda la obra.
Durante el recorrido por su vida, la actuación enmarca el olvido que muchas veces se sufre con la vejez. La paciencia, el dolor, pero sobre todo el gozo de la vida, son algunas de las reflexiones que llevan hasta algo por lo que todos hemos de pasar: la muerte.
El recuerdo de un amor que la dejó siendo muy joven, Guillermo, está presente todo el tiempo y conmueve una Tara que danza y canta en el escenario, evocando aquel amor con el que pronto se reunirá para un baile más.
El público pasó de la risa a las lágrimas y del olvido a la reflexión, de un momento a otro, gracias a las actuaciones de Tara Parra y Guillermo Proal, sobre el texto de la yucateca Conchi León y el director Claudio Valdés Kuri.
Cien minutos bastaron para que la compañía cautivara una vez más a un público que agradeció con una ovación de pie a la puesta de ‘Todavía…siempre’.
La inconfundible voz de la francesa Edith Piaf con ‘Non je ne regrette rien’ (No, no me arrepiento de nada) enmarcó la reflexión sobre la vida y la muerte, y culminó con la presentación enfatizando que ‘Si le pierdes el miedo a la muerte, le pierdes el miedo a todo’.