Le dan el último adiós

Familiares, amigos y conocidos de Juan Carlos Hernández Hurtado le dieron ayer el último adiós.
El amigo y empresario de San Francisco del Rincón fue despedido en la Parroquia de San Francisco de Asís.
“Siempre va a estar en nuestros corazones, la gente y nuestros amigos siempre lo van a recordar como un ser especial”, expresó su hermana, quien agregó que era un gran muchacho que tenía una sensibilidad absoluta.
“Era amigo del pueblo, lo caracterizaba su sencillez, pues podía estar boleándose los zapatos con su amigo el bolero y al día siguiente con el presidente, con la misma calidad humana”, recordó.
Amigos cercanos comentaron que Juan Carlos era un hombre entregado a lo que hacía y buscaba la manera de ayudar a los demás sin importarle ninguna condición, aunque también le gustaba la adrenalina y ser arriesgado.
“Lo conozco des que éramos niños, aún no puedo creer que estemos aquí para despedirlo”, refirió uno de sus grandes amigos.
Agregó que Juan Carlos, quien dirigía la empresa ‘SomHer Hats’, deja un gran legado en la industria del sombrero, pues siempre buscaba la forma de innovar y de imponer tendencia.
“Una vez invitó a jóvenes ‘graffiteros’ a que mejor pintaran e hicieran diseños para plasmarlos en sombreros; siempre lo recordaremos por sus ganas de salir adelante y de ver por los demás”, dijo.
También le gustaba los autos y la velocidad, aunque nunca se imaginaron que eso le causaría la muerte.
“Era un empresario exitoso y un gran amigo; en Juan Carlos siempre se podía encontrar una frase, un abrazo, una sonrisa y un consejo. Se fue en el momento en que se tenía que ir, porque tuvo una misión más importante allá arriba, estamos tranquilos y sabemos que todo pasa por algo”, platicó un familiar.
Llenas parroquia
La tarde de ayer se ofreció una misa de cuerpo presente en la Parroquia de San Francisco de Asís, misma que estuvo llena de amigos y familiares que querían darle el último adiós a Juan Carlos.
Al término de la celebración religiosa, un coro interpretó la canción ‘Amigo’, de Roberto Carlos, y sus hijos y demás familiares expresaron unas palabras antes de despedirse.
Después la iglesia vibró por los múltiples aplausos de los asistentes y el féretro fue subido a la carroza para darle sepultura.