El fenómeno de la migración irregular a través del tren de carga conocido como La Bestia” está prácticamente resuelto. Así lo presume la Secretaría de Gobernación.
Por años, cientos de indocumentados usaron el lomo de “La Bestia” para cruzar el País desde la frontera sur hasta el límite con Estados Unidos.
En medio de la presión estadounidense para frenar la migración ilegal, en especial la de niños no acompañados, el Gobierno mexicano comenzó a aplicar el Plan Frontera Sur en julio de 2014, con el que se buscó inhibir el uso de “La Bestia” por medio de operativos y la modernización del ferrocarril.
A pesar de que activistas, organizaciones y legisladores han advertido que impedir la posibilidad de que los inmigrantes suban al tren de carga sólo ha provocado que busquen rutas más peligrosas, para el subsecretario de Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque Villanueva, es un efecto destacable de la estrategia.
El funcionario indicó que se invirtieron más de mil millones de pesos para cambiar durmientes, sustituir tramos completos de vía y aumentar la velocidad del tren de 10 a entre 60 y 70 kilómetros por hora.
“Era un suculento manjar para los grupos del crimen organizado. Por mucho tiempo ese tema se volvió icónico, la imagen de ese tren con los migrantes arriba, más toda la narrativa que conllevaba esa imagen, de mutilados de crimen organizado, de extorsión.
“En este momento prácticamente ya no existe. Aquello que causaba un daño moral a la Nación y una imagen negativa, que era el famoso tren de ‘La Bestia’, prácticamente está resuelto”, dijo.
Sostuvo que la modernización del tren no es una medida de carácter punitivo.
“(También) se desarticularon las (colusiones) que pudiera haber entre quienes conducían el tren y la forma en que lo conducían, es decir, a lenta velocidad, para que subieran. (Había) paradas en donde no debían existir, todo ese tipo de elementos prácticamente desaparecieron”, enfatizó.
– Distintas organizaciones aducen que los operativos y el Plan Frontera Sur es una “cacería humana- , se le inquirió.
“Desde luego no estoy de acuerdo con ese calificativo”, señaló Roque.
El subsecretario reconoció que al impedir el uso de la “La Bestia”, los indocumentados buscan nuevas rutas en su intención de llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, afirmó que los mayores peligros y riesgos asociados con el crimen organizado, no están en el sureste, sino cerca de la frontera norte.
“No es que no exista en el sur, por supuesto que existe en todas sus manifestaciones, particularmente en la extorsión o incluso la trata de personas, se ha dado ese fenómeno.
“(Pero) el peligro es ya cerca de la frontera norteamericana; no es un peligro que provoque el Gobierno mexicano, es un peligro del crimen organizado cercano a la frontera”, mencionó.

Motivan travesía

El Centro Capullos de DIF de Nuevo León, albergue creado para menores violentados, ha recibido desde el año pasado una mayor cantidad de niños migrantes centroamericanos que viajan solos desde sus países de origen para llegar a EU a reencontrarse con sus padres.

Los menores son detectados por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y enviados a Capullos en lo que los consulados de sus países arreglan la documentación para repatriarlos. En promedio permanecen ahí entre 4 o 5 semanas.
En ese lugar está María, quien tiene sólo 11 años. Cursaba cuarto de primaria en la Ciudad de Soyapango. Salió sola de El Salvador con la ilusión de llegar a Miami por una razón que lo rebasa todo: “Porque quería estar con mi mamá”, dice la niña.

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