En agosto de 2004, el suizo Rudolf Bantle y sus amigos viajaron a Milán para asistir al duelo entre el equipo de su ciudad, el Basilea, y el Inter de Milán correspondiente a la fase de grupos de la Liga de Campeones de Europa, que terminó con la victoria del cuadro italiano por 4-1.
A cinco minutos del final del partido, Bantle se separó de sus acompañantes para ir al baño, decisión que cambio su vida.
Al regresar de los servicios, el suizo no fue capaz de encontrar a sus compañeros y con tan solo 20 euros en los bolsillos tampoco fue capaz de regresar a su país por cuenta propia.
Ante la imposibilidad de regresar a su país, Bantle pasó los siguinetes 11 años viviendo en las calles del barrio milanés de Baggio, subsistiendo de la caridad de sus habitantes.
Bantle declaró al Schweiz am Sonntag que el consumo de cerveza le ayudó a mantenerse “caliente” y recordó que “un tipo me dio un saco de dormir y eso me salvó la vida”.
La policía de Basilea comenzó la búsqueda de Bantle en 2004, sin embargo, dio el caso por cerrado en 2011.
Tras la derrota de su equipo ante el Inter, Bantle se convirtió en tifoso del máximo rival de los Nerazzurri, el Milan. Incluso un grupo de jóvenes universitarios le regaló una camisete rossonera con el número 22 de Kaká.
“Era una leyenda en la zona. La historia (de que se perdió en el Estadio) de San Siro circulaba, pero no sabíamos si era verdad o no. Nunca le gustó hablar de sí mismo. Todo el mundo le quería. La gente le compraba comida y ropa y él ayudaba a la gente cuando podía”, dijo Sergio Mazzarelli, un librero que, como muchos residentes de la zona recuerdan “a un buen tipo suizo con un acento germánico”.
De acuerdo con el Schweiz am Sonntag, 11 años después de perderse en el estadio, Bantle regresó a su natal Basilea tras fracturarse el femúr. Ahora Bantle vive en un asilo y tiene una paga de 300 euros al mes. “Cada noche, me tomo un par de latas de cerveza”, comenta Bantle emocionado, “Me lo permiten”.
Se perdió en el estadio y regreso a su casa 11 años después
Un hombre de 60 años que asistió a un enfrentamiento de Champions League entre su equipo, el Basilea, y el Inter de Milán en 2004, regresó a su país t