Decenas de personas que asisten a ejercitarse a la presa Echeveste lo hacen con el riesgo de ser asaltadas y hasta sufrir una violación, en el caso de las mujeres.
Todos los días desde antes de las 6 de la mañana, habitantes cercanos acuden a caminar o correr a la presa, mientras que otros pasan por ahí ya que es su ruta hacia sus trabajos.
Sin embargo, van expuestos a ser víctimas de maleantes que se ocultan entre la maleza para sorprenderlos y despojarlos.
A pesar de que elementos de Policía Municipal hacen rondines de vigilancia, no han podido capturar a los asaltantes.
Tiburcio Meza Ibarra asiste con regularidad a hacer ejercicio en la presa y de paso aprovecha para pasear a su perro, además de que pasa por ahí cuando va a trabajar.
Hace casi dos meses sufrió un asalto por parte de cuatro delincuentes, eran las cinco de la mañana cuando se dirigía a trabajar en su bicicleta.
De pronto un hombre le salió al paso para pedirle un cigarro, Tiburcio trató de acelerar pero el asaltante lo tiró de la bicicleta.
En el suelo, vio cómo tres sujetos más llegaron para quitarle su medio de transporte, la cartera y un cuchillo descarnador, que es su herramienta de trabajo.
“Ya no hice nada, me quedé parado pues me pusieron el cuchillo en el estómago”.
Señaló que dio aviso a la Policía, pero los agentes llegaron media hora después, por lo que no le quedó más que aguantar el coraje. Desde ese día no va con la misma confianza, o de plano mejor se va por otro lado.
“Sí da miedo salir, luego me citan bien temprano a trabajar, por eso a veces vienen por mí en una camioneta”, comentó.
Agregó que cuando acude a ejercitarse, sólo le ha tocado ver cuando asaltan a otras personas, incluso una vez, a base de pedradas hicieron correr a dos ladrones.
Van dos veces
Moisés Gómez Pío, es otra víctima de estos malhechores. Vive en la colonia Lomas de Echeveste y asiste diariamente a un grupo de Alcohólicos Anónimos en la colonia Nuevo León, por lo que la presa es parte de su ruta diaria.
Ha soportado en dos ocasiones los hurtos, en ambos le quitaron su bicicleta y dinero, haciendo el mismo recorrido.
La primera vez se percató de que dos hombres salieron de entre los árboles y con armas blancas lo amagaron.
“Fue a las 9:15 de la noche, me salieron dos con un cuchillo cada uno, me tumbaron, me dieron una patada y me quitaron 400 pesos, la bicicleta y una herramienta que traía”, dijo.
Aunque cada vez son más comunes estos incidentes, mucha gente sigue pasando por la presa Echeveste, esperando que la Policía ponga un poco más de atención en beneficio de su seguridad, que se ha convertido en su principal preocupación.
Asaltan en Echeveste
Decenas de personas que asisten a ejercitarse a la presa Echeveste lo hacen con el riesgo de ser asaltadas y hasta sufrir una violación.