La SCJN acepta que consumir marihuana daña la salud, pero destaca que no es un riesgo importante, porque sus consecuencias son mínimas, poco probables o reversibles.
“Numerosos estudios coinciden en que las implicaciones sobre la salud y las consecuencias sociales reportadas por quienes buscan controlar su consumo (de marihuana) son mucho menos severas que aquellas reportadas por personas adictas a otras sustancias, como el opio o el alcohol”
Se lee en la sentencia aprobada por la SCJN.

¿Y el cerebro?

La cannabis sí afecta, principalmente, la corteza orbital y frontal del cerebro.
En esas zonas se regula la memoria, aspectos de estrés y ansiedad, equilibrio y movimiento.
Estudios científicos recientes han comprobado que el consumo frecuente de marihuana puede disminuir el coeficiente intelectual en los adolescentes.
Los cannabinoideos afectan también en el sistema inmunológico.

¿Cómo actúa?

La marihuana tiene tres ingredientes activos: tetrahidrocannabinol (THC), cannabidiol (CBD) y cannabinol (CBN).
Al fumarla, el THC -principal sustancia sicoactiva- pasa rápidamente de los pulmones a la sangre y órganos del cuerpo.

Después, actúa en receptores neuronales que reaccionan a neurotransmisores parecidos al THC. Así, produce una excitación de las áreas del cerebro con estos receptores, lo que provoca:

Alteración de los sentidos (los estímulos se perciben con mayor intensidad)
  Percepción alterada del tiempo
  Cambios en el estado de ánimo
  Falta de coordinación motriz
  Dificultad para pensar y resolver problemas
  Problemas de memoria

Tetrahidrocannabinol (THC)
Cannabidiol (CBD)
Cannabinol (CBN)

Ven consumo temprano

El consumo de marihuana desde la adolescencia puede afectar las conexiones entre diferentes partes del cerebro necesarias para llevar a cabo funciones mentales como memorizar, aprender y resolver problemas; estos efectos pueden ser permanentes.
El estudio “Persistent cannabis users show neuropsychological decline from childhood to midlife”, publicado en 2012, demostró que quienes inician el consumo cotidiano de marihuana en la adolescencia y desarrollan un trastorno por consumo de esta droga pierden en promedio 8 puntos de IQ (coeficiente intelectual) entre los 18 y los 38 años de edad.

En voz de los expertos

María Elena Medina Mora
Directora del Instituto Nacional de Siquiatría
“Entre el 9 a 10% de los consumidores desarrollan dependencia; pero cuando se inicia en la etapa adolescente,  el riesgo se incrementa hasta 30%.
“El incremento en el consumo está asociado con una percepción de menor riesgo, si se compara con el alcohol, pero lo cierto es que no es inocua y no quisiéramos que la población tuviera acceso libre a ella”.

Mauricio Hernández
Director del Instituto Nacional de Salud Pública
“Los jóvenes consumidores de marihuana presentan deterioro cognitivo y en su capacidad de abstracción, lo que provocaría que muchos abandonen la escuela. La marihuana les quita la capacidad de su desarrollo intelectual, (…) trunca sus posibilidades de desarrollo”.

Alejandro Mohar
Miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU
“No es un punto de ‘a ver qué hace más daño’, sino de tratar de evitar que todas aquellas sustancias accesibles y que pueden presentar un problema  de salud pública sean controladas y reguladas.
“Sí va a haber una problemática en la salud de la comunidad”.

Benjamín Domínguez
Asesor de la Clínica del Dolor
del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre
“(El consumo de marihuana) afecta el área cerebral que tiene que ver con la toma de decisiones, (…)  que se sigue desarrollando como hasta los 25 años. Tiene diferentes acciones en nuestro sistema nervioso central y una de las acciones es cambiar o de plano bloquear el desarrollo de algunas áreas de nuestro cerebro.
“Si esto se legaliza, no sé qué vamos a hacer con los jóvenes”.

Daños documentados

Según estudios del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en EU:
El consumo de marihuana afecta la capacidad de crear nuevas memorias y cambiar el foco de atención.
El THC altera la coordinación y el equilibrio mediante su unión a receptores en el cerebelo y los ganglios basales.
Los usuarios que han tomado grandes dosis de esta droga también pueden experimentar una sicosis aguda con alucinaciones, delirios y una pérdida del sentido de la identidad personal.
La marihuana es adictiva: casi el 9% de los usuarios se vuelven adictos, una cifra que aumenta al 17% entre los que empiezan jóvenes y al 25-50% entre los usuarios diarios.
Los estados en EU donde el uso de la marihuana con fines médicos es legal tienen tasas más altas de consumo o dependencia. Pero, falta investigar causas subyacentes.

Efectos a largo plazo

Problemas respiratorios: el humo de la marihuana irrita los pulmones, por lo que sus fumadores pueden padecer tos, producción crónica de flema y mayor riesgo de infecciones pulmonares. No hay evidencia científica que relacione el consumo de marihuana con cáncer pulmonar.
Elevación de la frecuencia cardiaca: la marihuana eleva el ritmo cardiaco hasta durante tres horas después de haberla fumado, lo que puede incrementar el riesgo de un ataque al corazón, sobre todo, en personas de edad avanzada y en pacientes con cardiopatías.
Afectaciones al feto: el uso de marihuana durante el embarazo puede afectar el desarrollo de ciertas partes del cerebro.
Afectaciones a la salud mental: alucinaciones y paranoia temporal, depresión, ansiedad e ideación suicida en adolescentes.

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