¿Una fiesta llena de baile y diversión en el transporte público? Lo extraño es la norma en Soul Train. Aquí, en pleno Miami, la gente se pone audífonos inalámbricos que captan la música que DJs mezclan al momento. Luego se sube en el Metromover, especie de metrobús que opera en la ciudad. El resto es disfrutar la música y el desconcierto de los que no forman parte de la fiesta y vayan pasando por ahí.
La experiencia se vive de noche y no hay ningún código de vestimenta. Los participantes se enfundan en los atuendos que les place: microshorts, tenis, camisetas. El glamoroso Miami desaparece.
Los vagones hacen su ruta con normalidad. Es decir, jamás dejan de operar para los usuarios comunes.
Así que estos regalan un festival de muecas de desconcierto, nerviosismo o diversión cuando se abren las puertas en alguna parada y dentro aparece la fiesta de colores, con decenas de personas bailando y cantando “I Will Survive”, pero sin música audible.
No se permiten bebidas en los vagones. A bordo sólo entran personas con ganas de divertirse y un par de guardias que cuidan que no haya inconvenientes: uno de seguridad privada y otro del sistema de transporte.
“Esto es genial”, opina Cristina. “En Miami, para salir a divertirte, antes tenías que utilizar vestidos entallados y tacones e ir muy bien vestido para que te dejaran entrar a los clubs, pero aquí se ha construido una fiesta para todos”.
En tres determinadas estaciones de la ruta del Metromover el descenso es obligatorio. A la salida espera música con bandas o DJs en vivo, con curaduría del festival Busker Fest.
Así que hay que quitarse los audífonos sin dejar de bailar.
Pasado cierto tiempo, uno de los organizadores llama, el equipo debe regresar al Metromover.
El Soul Train es uno de los varios eventos que se realizan para promover el Arts &Entertainment District, zona que pretende dar un nuevo rostro cultural a Miami.
También hay cine bajo las estrellas, fogatas, clases de yoga, entre otras actividades, todas ellas gratuitas.
El proyecto, de NR Investments, consiste en la construcción de vivienda y oferta artística, gastronómica y de vida nocturna en un sitio donde confluyen barrios como Wynwood, Midtown y Design District.
El Soul Train apenas lleva dos ediciones. Cuando se anuncia una nueva fecha en redes sociales, los boletos vuelan.
En total, previo registro y divididas en tres grupos, son 180 personas las que disfrutan de la sesión.
“Ha sido una sorpresa obtener tanta cooperación de la ciudad, de la policía, para hacer esto posible. Es una idea loca pero ha funcionado”, dice Ron Gottesmann, de NR Investments, una de las mentes maestras del proyecto.
El evento concluye con una fiesta con música soul, para mil 200 personas que se registraron sin costo alguno, en un terreno donde hay foodtrucks y bebidas (con costos aparte).

Más información:
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