Una mano empuñada golpeaba la misma tabla que otros días utilizó para partir fruta. Ayer era el sonido que llama a la confrontación.
Esa mano empuñada era la de Marco Antonio Santos, líder de los vendedores ambulantes que se instalan en la calle Pedro Moreno en el Centro tapatío.
“Aquí las cosas cambiaron. Aquí hacen lo que nosotros digamos, no lo que ellos quieren”, dijo el líder de los ambulantes.
Él, junto a decenas de colegas, se enfrentaron ayer al cerco que elementos de la Policía de Guadalajara instalaron en el Jardín de San Francisco.
Santos llegó al Jardín de San Francisco apresurado, rodeado de un séquito de quienes dejaron encargados sus puestos de papas, bolsas de imitación y discos ‘piratas’.
Se pusieron de cara a los policías para retarlos y decirles que estaban ahí para apoyar a sus colegas del Centro.
“Vamos a defender nuestros espacios con uñas y dientes. Los espacios no se pueden dejar nada más porque llega una persona y dice: ‘Ya mañana no trabajas’. Mis hijos almuerzan, comen y cenan. Y tenemos el derecho de llevarles una digna Navidad”, expresó Teresita González, líder de los comerciantes del Jardín de San Francisco.
El martes se termina el plazo para que se retiren, pero los vendedores informales del Centro tapatío consignaron a gritos que no se van a mover.
Un puesto de frutas fue la frontera en la batalla. Ahí, inspectores y elementos de la Policía de Guadalajara forcejearon contra ambulantes para retirarles el negocio.
De un lado jalaban las manos de los vendedores y del otro las de los Policías; en medio, una niña, hija de ambulantes, sentada en el carrito de frutas lloraba al atestiguar la pelea.
Las manos de los vendedores pudieron más y al zafar el puesto de la fuerza de los policías, corrieron con él una cuadra. Las autoridades sólo se alcanzaron a llevar unas cajas de mercancía.
Desde el viernes el Jardín de San Francisco está cercado y el desalojo a los comerciantes de esta zona es para llevar labores de mantenimiento, justificó el Ayuntamiento de Guadalajara.
Gabriel Real, director de Mantenimiento Urbano, explicó que esperan terminar las labores de renovación del Jardín la próxima semana, pero para ello requieren los espacios libres de puestos ambulantes. Señaló que no es su competencia tomar decisiones en caso de que no se quiten.
La prórroga para todos los ambulantes del primer cuadro del Centro terminará el martes luego de que se aprueben las nuevas disposiciones regulatorias.
Cambia de giro vendedor de mascotas
Aún sin conocer las medidas a tomarse por el actual Gobierno Municipal de Guadalajara, Arturo Vega ya comenzaba a iniciarse en otra ocupación.
Vendedor de mascotas durante más de 20 años en El Baratillo, Vega se ha hecho famoso por defender los intereses de su gremio. Sin embargo, como relató hoy, en los últimos dos meses ha realizado también otra labor: vendedor de tortas ahogadas.
Durante la protesta del pasado jueves 5 de noviembre, Arturo señaló en reiteradas ocasiones la dificultad para pasar de un giro a otro, pues esto llevaba tiempo. Y este domingo, cuando se erigía un número más de El Baratillo, lo reafirmó.
“Para comer como quiera saco de las tortas, pero para pagar la casa, los útiles de los niños, ¿ahí cómo le voy a hacer?”, expresó.
Entre viaje y viaje, mientras bajaba de su camioneta las ollas y los bancos para armar su puesto de tortas, Arturo platicaba con los medios, con sus compañeros y otros vendedores.
En la explanada del Mercado el Mirador, un voceador de periódicos encontró una clientela infalible. Al exclamar los titulares de periódicos acerca del pleito entre vendedores de animales y Gobierno Municipal, varios ejemplares se vendieron de inmediato. Uno de ellos se lo compró Arturo, después lo leyó atento junto con otros comerciantes.
La indignación le causaba en momentos risa, en otros molestia. Luego vio la ocasión para hacer un rápido derecho de réplica y acaparó la atención de los medios ahí reunidos.
“Aquí dice que hay entre 60 y 70 animales en contenedores. Que la venta es crueldad”, exclamó mientras mostraba la nota, “eso es mentira, que nos enseñen pruebas y yo dejo de andar diciendo cosas”.
Aunque el jueves representó a los inconformes, hoy inclusive fue resaltado en las redes sociales del alcalde Enrique Alfaro.
“Sé que aquí no pararán sus exigencias para volver a la actividad que ha desempeñado durante años (vender mascotas), pero no permitiremos nada fuera de los reglamentos”, publicó Alfaro.