Según informa el portal de Huffingtonpost, después de que se diera a conocer el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la carne roja, afirmando que no hay que dejar de comerla totalmente, sólo hay que reducir su consumo y buscar las proteínas en otros alimentos.
1. PESCADO AZUL
Sigue siendo la estrella de las recomendaciones de nutricionistas. Sus niveles de Omega 3, antioxidante y rico en colesterol “del bueno”, complementan su nivel de proteínas, similar a las de la carne o el huevo. Pouramini propone consumir salmonete, un pescado de temporada, no muy graso, rico en minerales como fósforo, potasio, magnesio y yodo, cuyo nivel proteico no es muy alto pero sí completo. Posee todos los aminoácidos esenciales. Una forma de cocinarlo que le favorece es al horno con especias, cebolla y un simple chorro de aceite de oliva. Su carne, que tiende a secarse, mejora con este procedimiento. Sencillo, sano y sabroso.
2. LEGUMBRES
Soja, lentejas y habas son las que más proteína contienen. Se dice que la legumbre no casa con nuestra forma de vida, pero hay soluciones fáciles y rápidas, como el humus, un paté de garbanzos con aceite de oliva, pimentón y un diente de ajo, al que se añade sal pimienta y limón antes de triturarlo. Los garbanzos son también muy sanos y ricos en calcio, fósforo y magnesio, además de vitamina A.
3. HUEVOS
Pasada su racha de mala fama debido a su supuesta relación con el colesterol, el huevo ha sido devuelto al lugar que le corresponde. Es altamente hidratante, su aporte graso es bueno y posee la proteína de más alto nivel biológico. Eso sí, ni frito, ni cocido: a la plancha, sólo con una gota de aceite de oliva. Eliminas calorías, grasa y obtienes las proteínas necesarias. Se recomienda en el desayuno para mantener el equilibrio energético sin comer dulce ni hidratos “malos” entre horas.
4. AMARANTO
Por su alto valor nutritivo se encuentra en las dietas de los astronautas. Posee un 16% de proteína vegetal, con un balance positivo muy importante de aminoácidos esenciales. Se puede consumir como cereal, como harina o como pasta. Si lo encontramos en forma de pasta, nos será de ayuda para quitarnos esos carbohidratos procesados que se comen bastante a menudo: tortellinis, macarrones. Nos aportará la textura y nos alimentará como un cereal integral. Siempre mejor con verduras o aceite que con tomate industrial.
5. SEMILLAS DE CHÍA
Procedentes de la chía, una planta herbácea nativa de Centroamérica, estas semillas son ricas en proteínas completas, y además poseen niveles estimables de calcio y magnesio, dos minerales esenciales, así como de ácidos grasos omega 3. Añádelas a la ensaladas, como se hace habitualmente con el sésamo. Aportan diseño, color y un sabor suave muy rico (parecido al de las nueces, por ejemplo). Mucho por muy poco.
Otros alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico son, según Ata Pouramini, el tofu, la quinoa, el trigo sarraceno, los frutos secos o el tempeh.