Maribel tiene 30 años, pero las arrugas que tiene en su rostro y sus 15 kilos de sobrepeso la hacen ver como si tuviera 50. Al menos así se siente, pues su marido además de que a diario la ignora, cuando se dirige hacia ella es sólo para exigirle que cumpla con sus labores domésticas y de paso le recalca “lo fodonga, fea y vieja que luce”.
Ella, orgullosa de ser una buena esposa y madre, platica que su esposo nunca le ha pegado, lo único que le molesta es que “la hace sentir mal”, que no la deja salir a la calle, no le permite realizar ninguna actividad recreativa o de esparcimiento y sobre todo no se cansa de repetirle “que es una mujer fodonga, vieja y fea”.
Hoy, aún duda que sea víctima de violencia, pues es su marido, sabe que la violenta “psicológicamente”, pero cree que la violencia sólo son golpes.
En el marco del Día Internacional para la eliminación de la Violencia Contra la Mujer, Patricia Vargas Cárdenas, conferencista y trabajadora del ISSSTE, recalcó que violencia no sólo es un golpe, no sólo es un homicidio, pues se puede matar a una mujer “muy lentamente” y lo peor de todo es que ella misma es la que más se violenta al permitirlo.
“Hablar de la mujer que no sonríe, que está mutilada, desangrada, adolorida, no sólo se refiere a golpes físicos, también hay heridas que son más profundas que aquellas que sangran, son aquellas del alma y de las que es difícil recuperarse. Hay violencia psicológica, verbal, física, entre otras”, dijo.
Maribel contó que ser maltratada psicológicamente es una de esas formas de ser violentadas que no son percibidas por muchas mujeres, a quienes se les educó cuando niñas “que habría que cargar una cruz”.
“Cuando eres maltratada, no te das cuenta, al principio piensas que las críticas son para que tú cambies o mejores, conforme pasa el tiempo estas agresiones suben de tono, es progresivo, de una simple crítica pasa a que pienses que los insultos y los gritos te los mereces, al tiempo, las denostaciones son parte del día a día en un matrimonio, o que te humillen y te restrieguen a cada rato que no vales es normal, o crees que es algo pasajero y que tu marido lo hizo porque estaba enojado por algo malo que hiciste”, platicó.
Y así como ella, hay decenas de mujeres que sufren de violencia intrafamiliar, donde el principal agresor es su pareja a quien no conciben como agresor y menos se atreven a separarse y denunciar.
Según Patricia Vargas porque ni siquiera están conscientes que son violentadas y segundo por miedo a que “les vaya peor”.
‘Fui perdiendo mi autoestima’
A Perla le ha llevado cuatro años recuperarse de la violencia que sufrió por parte de su pareja, pero aún no lo logra. Empezó aguantando la indiferencia de él, hasta llegar a los golpes.
“Voy paso a paso, duré siete años con mi pareja, siete en los que día a día fui perdiendo mi poder, fui perdiendo mi autoestima, me fui perdiendo a mí. Llegó un momento en que pensaba que sus insultos, indiferencias, y posteriormente golpes, me los merecía, hoy me tengo paciencia, pues así como me fui derrumbando, no puedo creer que me sanaré en unos días, semanas o meses. A veces la violencia física duele menos que la psicológica, pero muchas de nosotras no la identificamos”, platicó.
Para Perla los desplantes que actualmente le hace su ahora ex pareja ya son mínimos; pues no viven juntos, ni tienen alguna relación, pero cuando tratan temas relacionados a los tres hijos que procrearon, el hombre no duda en insultarla.
“Me costó mucho trabajo aceptar y superar la situación, a la fecha creo que todavía soy víctima, pero estas agresiones ya son nada a comparación de antes. Contesta grosero, insulta, no le parece nada de lo que hago, pienso o digo, y hasta se da el lujo de criticarme en todo momento, para él sólo soy una tonta que ha tomado puras malas decisiones, pero hoy ya no me duele, pues la separación ya está hecha, estoy consciente que soy violentada y me defiendo con inteligencia”, recordó.
Y por ello, José Antonio Pulido Flores, Conciliador Especialista en Ciencias de la Familia, destacó en reiteradas ocasiones: “La violencia más grande es la que tú te das”, reafirmó.
“Si aquella persona no te está dando lo que necesitas, ojo no estoy diciendo que haga por ti lo que tú misma debes hacer por ti misma, me refiero a que si como pareja no cumple su parte y por el contrario te violenta, haz tú todo lo necesario para tener lo que tú mereces, esto definitivamente nadie lo podrá hacer por ti. Mujer date cuenta de tu poder, reconoce y aprende las grandes posibilidades que tienes, rompe con las falsas creencias que tienes”, dijo.
Perla dice que a veces la violencia que se vive y las pocas ganas que se tienen de vivir, se denota en la cara, y la única que no se da cuenta es la propia víctima.
“Es real, todos te ven mal, tú no te das cuenta. Antes creía que estaba sumamente enamorada y por eso aguantaba, hoy sé que mi autoestima era tan baja que por eso lo permitía, y es que te aplastan una vez y es como si te fueras sumergiendo en un pantano a cada pisotón que te dan, hasta que llega un momento que se te hace normal”.
Como ella, son miles de mujeres las que a diario luchan por recuperar su autoestima.
Denuncia sólo el 18%
Solo el 18% de las mujeres denuncia, en la mayoría de los casos, el mayor agresor de las mujeres son sus parejas.
“La violencia psicológica va desde malas palabras, acusaciones, gritos, desamor, hasta deterioro de la autoestima; la física son los golpes que pudieran llegar a perpetuarse hasta homicidios; y la sexual son violaciones, también existe la violencia patrimonial que es cuando los maridos no quieren pasarles pensión”, comentó la psicóloga Katia Rodríguez.
Y aunque podría parecer complicado cambiar las falsas creencias de algunas mujeres que permiten la violencia y la cultura machista o conductas violentas de un hombre, la conferencista Patricia Vargas lanzó un mensaje a los varones.
“Hoy que recordamos, porque no se puede conmemorar y menos celebrar la violencia, quiero hablar al corazón y a la mente de los hombres: te invito hombre a colaborar en esta lucha contra la eliminación de la violencia, te invito a cambiar la tristeza de esa mirada por una mirada tierna y serena, mantener esa alegría en tu mujer. Y a ti mujer, tú mereces ser amada, respetada, protegida, reconocida, y no ver a un hombre como tu enemigo depende de ti”, dijo.