El Papa advirtió ayer jueves que sería “catastrófico” que los líderes mundiales permitieran que grupos con intereses especiales interfirieran en un acuerdo para contener las emisiones de combustible fósil durante su mensaje en el corazón de África previo a las decisivas conversaciones del cambio climático en París.
Francisco dio la advertencia durante un discurso en la oficina de la ONU en Kenia luego de celebrar su primera misa pública en el continente: una alegre celebración en un día lluvioso a la que asistieron aproximadamente 300 mil fieles, incluido el Mandatario del País.
El Papa argentino, que nunca había visitado África, pudo ver a cantantes que ululaban en swahili, monjas que se meneaban al ritmo de la música, miembros de la tribu masai y niños vestidos en los colores de la Bandera keniana.
Francisco ha hecho de las preocupaciones ecológicas su sello durante su Papado, al publicar hace unos meses encíclicas históricas que unían la necesidad del cuidado ambiental con la necesidad de cuidar a los más vulnerables de la humanidad.
El Papa argumenta que ambos están vinculados ya que los pobres suelen ser los más afectados por el calentamiento global.
Recibe ‘ruidosa’ bienvenida
En su primer día completo en Kenia, Francisco recibió una ruidosa bienvenida de la multitud desde su Papamóvil abierto, mientras unos 10 mil agentes de Policía servían de guardia de seguridad. Después celebró misa en la Universidad de Nairobi ante 300 mil fieles.
Algunas personas se encontraban en la universidad desde las 3 de la mañana a pesar de la lluvia intensa que transformó el terreno en un lodazal. Otros hicieron colas de hasta 3 kilómetros para acercarse al lugar.
La histórica visita llega en un momento en que el País, que también recibió aBarack Obama en julio, trata de recomponerse: el presidente Uhuru Kenyatta declaró esta misma semana que la corrupción es una amenaza nacional después de que varios ministros fueran acusados por malversación; la economía se encuentra en dificultades -los profesores no han cobrado el salario de septiembre-, y las grandes desigualdades sociales continúan -en Nairobi, el 70% de la población vive en suburbios-.
Frente a todo ello, el Papa confesó que “estamos viendo el crecimiento de nuevos desiertos creados por una cultura del materialismo y de la indiferencia hacia los demás”.