Un joven de Buenavista volcó su vehículo en una calle de Orilla del Agua, cuando conducía a exceso de velocidad y derribó un alambrado de púas.
El incidente ocurrió por la noche, cerca de las 22:30 horas, cuando Rogelio Reyes, vecino de La Campana, en Buenavista, circulaba por la calle Juan Lázaro, en la Orilla del Agua, con dirección de norte a sur.
Al parecer por la ponchadura de una llanta, en un momento en que circulaba a exceso de velocidad, el conductor se desvió a la izquierda y el vehículo derribó varios metros de alambre de púas, hasta subirse a una pendiente y volcar su auto.
El vehículo, un Platina color plata, de modelo reciente y con placas JKS4557, quedó volteado y con las llantas al aire.
Con apenas unos rasguños, el conductor llamó a amigos para que lo ayudaran a poner el auto nuevamente sobre sus ruedas.
Posteriormente llegó su padre, don Gerardo, quien lo trasladó al Hospital del IMSS para que lo revisaran, pues según refirió la ambulancia que solicitaron nunca llegó.
Elementos de Tránsito Municipal tomaron conocimiento del incidente minutos después, pero al no haber lesionados ni daños de consideración contra terceros, permitieron que el propietario remolcara el auto a su casa por sus propios medios.
Los amigos aseguraban que vendiendo las partes del auto sin daños, podía recuperar un poco del gasto hecho en el auto que hacía apenas unos meses había adquirido.
Lo mata una pipa
En otro hecho, un motociclista que circulaba por la carretera Lagos de Moreno-Encarnación de Díaz murió tras ser atropellado por una pipa lechera.
El trágico accidente ocurrió por la noche, alrededor de las 19:30 horas, cuando Héctor Manuel López Barba circulaba con dirección de sur a norte.
Al ir llegando a la cabecera municipal de Encarnación de Díaz, una pipa cargada de leche que circulaba en la misma dirección a exceso de velocidad y sin precaución, lo impactó por detrás, derribándolo de la motocicleta, de acuerdo a la versión de testigos.
Socorristas arribaron al lugar del accidente, pero localizaron al motociclista ya sin vida, debido a un fuerte traumatismo craneoencefálico.