Luego de permanecer 10 meses en la congeladora y tras regateos con el sector industrial, el pleno del Senado aprobó ayer la Ley de Transición Energética.
Dicha ley secundaria de la reforma energética sienta las bases para el desarrollo del uso de energías limpias en la generación de electricidad.
El dictamen aprobado establece que para 2024 el 35% de la energía eléctrica deberá provenir de fuentes renovables además considera penalizaciones de hasta 60 salarios mínimos por kilowatt de incumplimiento en tecnologías limpias.
El dictamen de las comisiones de Energía y Estudios Legislativos añadió a la minuta original aprobada por la Cámara de Diputados un artículo transitorio para flexibilizar las obligaciones de la industria para comprar Certificados de Energía Limpia (CEL) durante los primeros años.
“Las energías limpias cumplen con un propósito fundamental en el contexto de la reforma energética: promueven la mitigación de los efectos negativos que la producción y el consumo de energías fósiles pueden tener sobre la salud humana y el medio ambiente, diversificando el parque de generación energética y desvaneciendo la nociva dependencia de un único insumo productivo para la generación”, señaló David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía.
Jorge Luis Lavalle, del PAN, explicó que el artículo transitorio adicional responde a los equilibrios que requiere el modelo, es decir, desarrollar energías limpias al tiempo que se genera certidumbre y competitividad.
En ese sentido, dijo que si el mercado generador no abastece de suficientes CEL para la demanda de los grandes usuarios, será posible diferir la obligación del mercado usuario para evitar las multas.
Asimismo, el legislador mencionó que se fijó un costo máximo de los CEL de 60 UDIS que no deja de ser atractivo para la inversión en energías limpias, pero que está ligeramente por debajo del piso de las multas durante la etapa de transición.
Armando Ríos Piter, del PRD, expuso que la LTE contrarresta la apuesta por el gas natural que se promovió en la reforma energética.
Señaló que con inversión suficiente, México puede convertirse en el año 2030 en una de las principales economías del mundo generadoras de energías renovables.
Manuel Bartlett, del PT, se opuso a la aprobación de la ley, pues consideró que ésta incrementará las tarifas eléctricas, costo que pagarán los usuarios mexicanos.
“No van a pagar los industriales sino los consumidores mexicanos”, consideró. 
Dolores Padierna, del PRD, indicó que con la adición del artículo transitorio se alarga la transición energética, y advirtió que los empresarios harán lo posible para que la Secretaría de Energía sea elusiva en la aplicación de la ley.
El Senado devolvió la LTE a la Cámara de Diputados.

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