El cuerpo de Adolfo Cruz Luna fue llevado al templo del Calvario en donde se le ofició una misa de cuerpo presente antes de partir a su última morada.
Adolfo falleció en un accidente que ocurrió sobre la carretera Lagos de Moreno–San Juan de los Lagos al salir proyectado de su vehículo luego de ser embestido por un tráiler.
La misa fue oficiada por el sacerdote Mauro Noriega Limón, quien dio unas palabras de aliento a los familiares, así como la esperanza en la vida eterna de la cual ya goza Adolfo.
“La muerte ante un momento inesperado, no lo entendemos pero poco a poco Dios nos dará la sabiduría para entenderlo y sobrellevarlo”, indicó el sacerdote.
Aseguró que la muerte es un paso necesario para obtener la vida eterna, sin embargo, cuando viene de un acontecimiento inesperado, como en un accidente, es más difícil entenderlo.
“Los que tienen fe saben que su vida está en las manos del Señor. En la muerte nos encontramos cara a cara con quien nos ama más que a nadie”, comentó.
“Yo le digo a su familia que el Señor como su pastor hará que no les falte fuerza y valor para superar esto”, agregó.
Luego de la misa, el féretro salió en hombros de amigos de Adolfo, quienes lo llevaron hasta al panteón municipal, lugar que será su última morada.
El cortejo fúnebre que lo acompaño fue innumerable, ya que Adolfo en vida era una persona que se llevaba bien con todos, recordaron compañeros de trabajo.
Trabajadores de la empresa Swissmex acompañaron en el dolor a la familia de su compañero de trabajo, con quien convivían desde hace aproximadamente 3 años.
“Un carácter muy bonito, muy llevadero para todos nuestros compañeros, yo lo conocí en el trabajo. El tiempo que lo conocí fue bastante agradable”, dijo José Guadalupe Vázquez.

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