En Navidad, un hombre alemán murió por graves lesiones en su cabeza, que sufrió por un pedazo de metal que se desprendió de un expendedor de condones, que él, junto con dos amigos intentaron desarmar para robar el dinero.
La máquina fue desarmada por una explosión y durante ésta, los tres hombres, aparentemente, se escondieron en un auto, con el fin de protegerse de los escombros, y hacer un rápido escape.
Sin embargo, la víctima no cerró la puerta y fue golpeado en la cabeza por una pieza metálica.
El hombre de 29 años fue llevado al hospital en Schoeppingen y sus acompañantes dijeron que había caído de las escaleras, pero los paramédicos dudaron de la historia y llamaron a la policía.
Elementos de Policía los cuestionaron y uno de ellos reveló que habían tratado de destruir el dispensador de condones para poder robar el dinero.
De acuerdo con la policía ningún condón o dinero fue tomado de la máquina y se tomaron fotografías del dispensador.