Mediante el método de fecundación in vitro han nacido vivos más de seis millones de bebés a nivel mundial. Sin embargo, todavía resulta un proceso “ineficiente” ya que un porcentaje mínimo de los embriones son los que se implantan. Ante ello, un grupo de especialistas a nivel mundial ha desarrollado la técnica Preimplantation Genetic Screening (PGS) con el fin de llegar al nacimiento de un bebé saludable.
Lo importante de la técnica es poder identificar al embrión en el quinto día con el número correcto de cromosomas (23 pares), porque será el que mayor potencial tenga para llegar al nacimiento de un bebé saludable, y ese es el objetivo de la técnica PGS, explica el doctor Rafael Sánchez Usabiaga.
Mediante esta técnica que implementa la empresa mexicana Médica Fértil, en una hora pueden identificar los síndromes de Down, Turner e incluso trisomías, donde hay un cromosoma de más. Cuando se detecta eso, no se implanta el  embrión.
Aunque la fecundación in vitro innovó el tratamiento de la infertilidad, registra bajas tasas de éxito debido a que la mayoría de los embriones presentan anomalías en el número de cromosomas (aneuploidía) o pueden no implantarse correctamente y resultar en un aborto espontáneo.
El PGS es un estudio genético preimplantacional que ayuda a seleccionar los embriones que cuentan con un número normal de cromosomas lo que asegura su correcto desarrollo.
La realización de la prueba consiste en la extracción de una o varias células del embrión en el quinto día de fecundación a través de una biopsia, para analizar el ADN e identificar los embriones con el número correcto de cromosomas para la transferencia o congelación para uso futuro.
“Nosotros con cinco días que ya tenga el embrión podemos identificar lo que en un futuro va a ser la placenta y el bebé, de tal suerte que podemos obtener de cuatro a 10 células sin dañar al embrión. Lo hacemos a través de un microscopio especializado  aunado a un láser que nos permite diseccionar sin dañar al embrión”, explicó Sánchez Usabiaga, participante del proyecto que se gestó en los Estados Unidos, y que en México ya aplican la técnica.
Por medio de este sistema, se obtiene el ADN a través de una  secuenciación masiva e identifica los 23 pares de cromosomas. En caso de identificar algún cromosoma dañado no se transfiere el material in vitro porque la persona no quieren que se les transfiera embriones dañados, lo que se pretende es el nacimiento de un bebé saludable.
“En cuestiones biológicas no podemos asegurar que el embrión esté al 100% sano, es al 99 la precisión que tenemos en el estudio”.

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