Un jurado investigador decidió no levantar cargos contra un policía novato por la muerte de Tamir Rice, un niño negro de 12 años que murió baleado cuando jugaba con lo que resultó ser una pistola de perdigones, informó un fiscal ayer en Cleveland.
El fiscal del condado Cuyahoga, Tim McGinty, dijo que era “indiscutible” que el niño sacó la pistola de su cintura cuando fue baleado por el oficial Timothy Loehmann, ya sea porque iba a entregársela o para mostrarle que no era real. Pero McGinty señaló que no había forma de que el oficial supiera eso en el momento.
Loehmann disparó a Tamir dos segundos después de llegar a donde se encontraba el niño afuera de un centro recreativo de la ciudad en noviembre de 2014. Loehmann estaba respondiendo a una llamada hecha al número de emergencias 911 sobre un hombre portando un arma.
En tanto, en Chicago, Bettie Jones, de 55 años, y Quintonio LeGrier, un estudiante de 19 años, ambos de color, fueron asesinados a disparos por agentes en distintos hechos mientras la Policía acudía a un llamado de violencia doméstica durante los festejos navideños.

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