Después de haber puesto en ridículo al Gobierno mexicano en julio al haberse escapado de la cárcel del Altiplano, en el centro del País, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera se ocultó en el mejor escondite que conoce: su tierra. El líder del cártel del Pacífico eligió, una vez más, su estado natal de Sinaloa para esquivar a los cientos de soldados y marinos que lo buscaban. El capo nació hace 58 años en el pueblo de Badiraguato, un municipio enclavado en la sierra sinaloense. Ayer viernes, el criminal fue capturado en Los Mochis, una ciudad al norte de la entidad, a 200 kilómetros de su cuna.
Guzmán creció con su destino ligado a la agricultura, como muchos de los hombres que nacen en esos pueblos pobres de la serranía. Informes sicológicos realizados por la fiscalía en los años que estuvo en reclusión lo describen como un tipo “seductor, espléndido, que genera lealtad y dependencia hacia su persona”. Esa cualidad le brindaba cobijo en las tierras de donde es originario. La admiración que despertaba entre numerosos fieles tejía una compacta red social de apoyos que hacían tremendamente difícil a las autoridades encontrar a alguien dispuesto a delatarlo. Con más de 60 mil kilómetros cuadrados de sembradíos de marihuana y amapola en México, “El Chapo” Guzmán encabeza un imperio criminal que significa el sustento de miles de familias.
Unos de sus puntos débiles son la familia y las mujeres. Cuando el Gobierno de Enrique Peña Nieto lo capturó por primera vez, el 22 de febrero de 2014, el delincuente fue seguido por elementos de la Armada hasta un apartamento en el puerto de Mazatlán, donde el criminal pasaba tiempo con su esposa Emma Coronel Aispuro y sus dos hijas. “El Chapo” había decidido pasar un tiempo con su familia antes de volver a desaparecer en la orografía del noroeste mexicano. Ese error le costó la cárcel.
Guzmán ha consolidado un imperio criminal que nació en la mitad del Siglo XX y que se fue aglutinando y transformando a otras organizaciones. En los años 80’s, el cártel de Sinaloa se apoderó de parte de las rutas de las drogas que provienen de Sudamérica rumbo a Estados Unidos. También controlan los caminos que atraviesan Centroamérica. “El Chapo” fue capturado por primera vez en junio de 1993 en Guatemala en un operativo encabezado por el general Otto Pérez Molina, ex presidente chapín, hoy en la cárcel acusado de corrupción. La organización delictiva tiene presencia en 50 países. La tercera captura de Guzmán aumenta el mito del otro gran líder del cártel, Ismael “El Mayo” Zambada, que a sus 67 años lleva toda una vida a salto de mata sin que el Gobierno le haya puesto las manos encima en una sola ocasión.
Debilitan círculo de protección
Familiares, lugartenientes, sicarios, informantes, así como personas que ayudaron a fugarse a “El Chapo” de El Altiplano, forman parte de las capturas que llevaron a cabo autoridades para debilitar la estructura de protección del narcotraficante.
Durante los últimos meses las autoridades detuvieron a una veintena de personas vinculadas al primer grupo del capo, así como a integrantes que se dedicaban a llevar la contabilidad del cártel.
Entre las capturas relevantes está la de Heriberto Salgueiro Nevarez, encargado de las actividades delictivas para el cártel en Chihuahua y Sonora, así como de la producción de amapola y marihuana en esa zona.
Fernando Ramírez Domínguez, conocido como “El Pepillo”, segundo al mando del cártel en Chihuahua, es acusado de ser el responsable del tráfico de droga del Valle de Juárez hacia EU y encargado de una célula de sicarios.
Arturo Díaz Díaz es identificado por la PGR de ser el responsable de las finanzas de Adelmo Niebla González, uno de los principales operadores de Guzmán Loera y quién se fugó del penal federal de Culiacán el 26 de mayo de 2014 a través de un túnel de 10 metros de profundidad y una extensión de 400 metros.
Niebla González, “El G-3”, es operador de la organización criminal, quien fue detenido en la Ciudad de México en octubre del año pasado por elementos de la Agencia de Investigación Criminal.
El empresario Rodolfo Trillo Hernández, a quien se le acusa de financiar la fuga de “El Chapo”, utilizó recursos provenientes del narco para la adquisición de 10 autos de distintas marcas, ocultando el origen del dinero.
Rodolfo Trillo es hermano de Miguel Ángel Trillo Hernández, quien presuntamente participó en la primera fuga del narcotraficante del penal federal de Puente Grande, Jalisco, en 2001.
Édgar Coronel Aispuro -cuñado de “El Chapo”-, Ernesto Carrasco y Óscar Gómez Núñez, este último abogado del capo, también se encuentran relacionados con la fuga del Cefereso 1 el 11 de julio.