El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio a conocer que solicitó al Congreso federal un presupuesto de mil 100 millones de dólares para combatir la epidemia del consumo de heroína y opiáceos, y para intensificar el combate al tráfico de estas drogas procedentes de México.

En teleconferencia, funcionarios de la Casa Blanca explicaron que la solicitud presupuestal “refleja la preocupación nacional” por consumo creciente de heroína y opiáceos, que han dado como resultado un “creciente número de muertes de personas por sobredosis de drogas”.

Michael Botticelli, director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por sus siglas en ingles), explicó que con esa estrategia, se intensificará el combate al tráfico de narcóticos provenientes de México, con una mayor colaboración con la presidencia de Enrique Pena Nieto.

“Estamos muy optimistas, aumentarán los programas para reducir aquí en Estados Unidos la demanda de drogas, y la cooperación con el gobierno de México, que intensificará la erradicación del cultivo de amapola y las operaciones para detener el tráfico de los narcóticos”, afirmó Botticelli, el “Zar Antidrogas”.

Junto con la secretaria de Salud y Recursos Humanos, Sylvia Mathews, Botticelli no tuvo empacho en reconocer que México es el principal proveedor de heroína de Estados Unidos. Y en este sentido anunciaron que “intensificaran” las acciones del Departamento de Justicia respecto del trasiego de heroína mexicana, ya dentro de Estados Unidos.

Sin embargo, en el pedido presupuestal de Obama, como dijo Botticelli, de los mil 100 millones de dólares sólo destinarán 13 millones para las operaciones antinarcóticos por parte de la Administración Federal Antidrogas (DEA) en la Unión Americana.

“Los opiáceos, el tipo de drogas que incluye a los medicamentes controlados (o recetados), y la heroína, tuvieron que ver en la muerte de 28 mil 648 personas (en Estados Unidos) en 2014. Se registra un rápido crecimiento en la muerte por sobredosis de heroína”, apuntó la Casa Blanca.

La secretaria Mathews consideró que en el Congreso federal no habrá oposición a la solicitud del presidente, tomando en cuenta que los legisladores están conscientes de la epidemia y crisis que se vive en el país por el alto consumo de los enervantes.

Mil millones de dólares de la solicitud se invertirán en de dos años para mejorar y crear más programas de atención de las personas adictas a la heroína y los opiáceos. De esos recursos, se distribuirán 920 millones de dólares entre los estados del país, para extender los servicios de atención médica a adictos, en un esfuerzo que no se hacía en décadas.

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