Al encuentro que sostendrá el Papa Francisco con el presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional asistirán mil 500 invitados y aún no está resuelta su conformación, indicó el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Humberto Roque Villanueva.
Entrevistado tras participar en un seminario por la visita papal, comentó que la conformación de los invitados del evento de Palacio Nacional se encuentra en estudio por parte del gobierno federal y la Presidencia de la República, pero anticipó que asistirán algunos legisladores, líderes religiosos, representantes del sector empresarial, pero sobre todo del cuerpo diplomático.
Explicó que se estima que al recibimiento del Pontífice acudirán al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México unas 5 mil personas y a la despedida en Ciudad Juárez, otras 5 mil, para lo cual la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) repartirá boletos.
“En la pura bienvenida se esperan 5 mil personas, y muy probablemente en la despedida otros 5 mil; más unos mil 500 que habrá en Palacio Nacional, que no requerirán el tipo de boletos que se requiere para los aeropuertos. Yo pienso que es una prohibición conveniente”, explicó.
Roque Villanueva detalló que en el caso de la despedida en el aeropuerto de Ciudad Juárez, habrá una combinación entre ciudadanos de la ciudad del estado de Chihuahua; indicó que se ha pensado en que acudan niños y que habrá una coordinación entre el gobierno federal y la diócesis local.
En cuanto a que el presidente Enrique Peña Nieto asista a los eventos religiosos que encabezará el pontífice argentino durante su visita a México dijo que tendrían que darse “condiciones muy particulares” para que eso ocurriera.
“No fácilmente, tendrían que darse características muy particulares, porque como jefe de Estado tiene que mantener determinada, digamos, circunspección respecto al tema religioso; nadie discute que el presidente mantiene una fe, pero yo creo que la expresión pública de ella tendrá que ser, según calculo yo, reservada”, indicó.
Descarta influir en agenda
No hay ninguna participación del Estado Mexicano en la agenda del Papa ni en las expresiones que vierta públicamente en los actos religiosos; el gobierno mexicano será receptivo al mensaje del Pontífice, aseguró el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Humberto Roque Villanueva.
“Ninguna, exceptuando el acto en Palacio Nacional, no hay ninguna participación del Estado Mexicano, ni en los lugares que va a visitar el papa, ni en las expresiones que vaya a vertir públicamente en sus homilías, ni en su acercamiento con la grey católica”, afirmó el subsecretario de la Secretaría de Gobernación.
Entrevistado al término de su participación en un seminario con motivo de la visita del Papa Francisco a México, comentó que el gobierno escuchará con gran “satisfacción y profundo cuidado” cualquier expresión del Pontífice sobre temas como migración, pobreza o violencia.
“El gobierno mexicano no piensa que las expresiones papales puedan tener una consecuencia política inconveniente para el Estado mexicano, en todo caso será un aliciente para que mejoremos las políticas públicas”, subrayó.
De la editorial del semanario católico Desde la Fe, que señalaba los niveles de violencia que hay en el país, Roque Villanueva dijo que, si bien hay ciertas exageraciones en el semanario, también hay “deficiencias” en la política pública de seguridad.
Recibirá llave de la CDMX
Dos llaves de plata pura, con una aleación de .999/1000 cada una, recibirá el Papa Francisco el sábado 13 de febrero de manos del Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera.
Las piezas entregadas miden 93 milímetros de largo, 32 de alto y seis de ancho, con un peso de 280 gramos, y una de ellas tiene grabado el escudo de la Ciudad de México en un costado y en la otra el nombre del Pontífice.
Claudio Ruz Gutiérrez, director de Protocolo y Diplomacia del Gobierno de la capital mexicana, informó a Reforma que el diseño es el mismo al de las llaves que se han entregado en otras ocasiones a diversos jefes de Estado y serán colocadas en un estuche de raso color negro.
El modelo es una propuesta del fabricante y es aprobado por el Jefe de Gobierno en turno al inicio de su mandato.
Aunque la entrega de esta distinción se lleva a cabo generalmente en el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en esta ocasión se realizará durante un acto masivo en el Zócalo, antes de que el Sumo Pontífice ingrese ese día a la Catedral Metropolitana.
Las llaves las fabricó la empresa Acuñación Artística Emblemática.