Una juez y una magistrada ordenaron dar la custodia legal de una niña de cinco años, a una mujer que fue señalada por su propia hija de abuso sexual, golpes y quemaduras.

Pese a la crudeza de las acusaciones, la juez que llevó el caso nunca ordenó realizar peritajes  con expertos médicos, para determinar si la niña sufrió abuso sexual, aseguró Eréndira del Carmen, quien mantenía la custodia de la menor.

La niña deberá ser entregada de inmediato, a la brevedad, a su madre biológica, por orden del Poder Judicial del Estado, para llevarla a vivir a Veracruz. En caso de que los familiares paternos de la menor se nieguen a entregarla, se hará uso de la fuerza pública.

Las quemaduras

 

Valeria nació el 19 de enero de 2011, como fruto de una relación que su papá Sixto sostuvo con Mayra, una mujer que residía en Veracruz.

En octubre de 2012, Sixto se reconcilió con Eréndira del Carmen, su anterior pareja, que residía en León, a quien le confesó que había tenido una hija con otra mujer en Veracruz.

Eréndira le pidió conocer a la niña, y él la trajo a León de vacaciones en la Semana Santa de 2013.

Mayra, la madre biológica, accedió a que la niña se fuera con su papá una temporada.

El viaje de Veracruz a León fue largo y sirvió para que Valeria le tomará confianza a Eréndira y le hiciera una de las primeras confesiones sobre la violencia que sufría en su hogar.

“Mamá mala. Mamá quema”, le dijo Valeria varias veces, mientras le enseñaba la planta de su pie.

Eréndira vio con sorpresa cómo la planta de uno de sus pies estaba quemada y al preguntarle qué le había pasado, la niña aseguraba que su mamá la había quemado con la plancha.

Malvestida y desnutrida

 

En el expediente judicial del caso, se puede leer la declaración de Eréndira donde describe cuál era el aspecto físico de la niña cuando la conoció:

“El aspecto era de una niña descuidada en todos los sentidos. La ropa era muy pequeña para su tamaño, sus chanclitas estaban muy sucias, su pelo mal cortado, delgada y con manchas en la piel”. En ese momento, Valeria tenía poco más de dos años.

Según se lee en el expediente, la niña sólo quería comer tortillas frías y vasos con agua, porque eso era lo que comía en su casa. 

“Un plátano lo mordió con todo y cáscara pues nunca había comido eso, ni tampoco manzana”, se lee en el expediente.

Indicios de abuso sexual

 

Con voz entrecortada, Eréndira recordó cómo la niña le contó sobre el presunto abuso sexual que sufrió en su casa en Veracruz: “Mientras la bañaba me pedía que le diera chichi o colita, así decía ella y no entendía a qué se refería, pero platicando nos dijo que en su casa la tocaban y la lastimaban. Nos señalaba con su manita dónde la tocaban (en sus partes íntimas)”.

Denunció ante am una serie de irregularidades que se han presentado durante la pelea por la custodia legal de Valeria. La primera y más importante de todas es la omisión a la declaración de la niña que afirmó ser víctima de tocamientos en sus partes íntimas, además de que la obligaban a dar “besos de puente” (en la boca) a su hermano mayor.

En las primeras declaraciones, Eréndira explicó a detalle lo que Valeria le confesó, además de incluir como prueba un video donde la menor platicaba que la tocaban, pero el Poder Judicial decidió desechar la prueba porque afirmaron que las declaraciones habían sido “implantadas”. 

Acude a Derechos Humanos

 

Eréndira ya tuvo un acercamiento con la Procuraduría de los Derechos Humanos para  presentar una denuncia formal por cómo se llevó el procedimiento legal para la custodia de la niña, a la que ve como su propia hija.

“Nunca le han dado importancia a esta parte del tema. La Juez no le da valor a mis testigos, no le da valor al video, no le da valor a Valeria porque dice que seguramente fueron infundadas las respuestas. No le da valor a nada.

“Ahora que fui a la Procuraduría (de los  Derechos Humanos) fue lo primero que me dijeron: por qué no le hicieron los exámenes médicos a la niña. El licenciado de Derechos Humanos me dijo que  los jueces están obligados a pedir esos estudios (en casos de abuso sexual), porque existe un protocolo en lo que se refiere a menores de edad, ellos lo conocen”. 

Durante los primeros días de convivencia con la niña, Eréndira notó sangrado e irritaciones en las partes íntimas de la menor, situación que tampoco sirvió de prueba para las autoridades.

Más irregularidades

 

Aunque no es la madre biológica, Eréndira ha estado peleando la custodia de Valeria desde que su esposo falleció asesinado en 2014.

Entre las irregularidades que Eréndira denunció, está la falta de estudios socieconómicos a la madre biológica de Valeria, con el fin de garantizar la estabilidad de la niña una vez que se le otorgue la custodia.

“Ella (la mamá) presentó una carta de que había trabajado para el Ayuntamiento de Veracruz en 2005, pero actualmente no tiene un trabajo. Mi esposo se trajo a la niña porque se enteró de la serie de abusos que sufría, de que su madre no la alimentaba, la dejaba dormir en el suelo y que la encerraba. Sin ese estudio, ¿cómo me garantizan que la niña va a estar bien? ¿Qué me garantiza que la niña no va a ser abusada”. 

El examen psicológico

 

Como parte de el procedimiento del caso, se ordenó que la mamá biológica  fuera sometida a exámenes psicológicos para comprobar que estaba en condiciones para criar a Valeria. Las evaluaciones identificaron deficiencias para asumir su responsabilidad materna. 

El diagnóstico indicó que la mamá presenta un trastorno límite de la personalidad con rasgos histriónicos. Además recurre a otros para poder solventar la atención de sus hijos.

Según Eréndira, la mamá es una mujer que tiende a mentir.

“En sus declaraciones ella dice que estuvo llamando y que mi esposo le dijo que no le iba a regresar a la niña. Dice que Sixto se la trajo con engaños, pero eso es mentira, ella sabía bien dónde estaba la niña y jamás vino a ver cómo estaba, si le faltaba algo.

“Supimos de ella a los dos días de que pasó lo de mi esposo (su asesinato). A los dos días me llegó un requerimiento de la Unidad de Atención a la Mujer, pidiendo que regresáramos a Vale. Ahí comenzó la pelea, porque no íbamos a permitir que regresara a una vida de maltrato”. 

La orden judicial

 

Cuatro diligencias, tres audiencias y una serie de amparos, desahogo de pruebas y quejas se han presentado para aplazar la decisión  de la Juez de la Primera Instancia en León del Poder Judicial, Dulce María Pérez, y de la Magistrada María Elena Hernández Muñoz, quién ordenó que la niña sea regresada a su madre biológica de manera inmediata.

Pese a que en la sentencia emitida el 14 de enero de este año, se había dictaminado que la entrega de la niña a su madre biológica sería de manera gradual, una vez que la niña hubiera convivido con su madre poco a poco, el pasado 4 de mayo la Magistrada dictaminó que Valeria debe ser entregada de inmediato, a la brevedad.

“Si no llevo a Valeria a la audiencia para que sea entregada a Mayra vendrá la fuerza pública por ella. ¿Te imaginas qué traumatizante va a ser eso para Vale? Va a dejar de ver a su familia, a su hermano, dejar todo lo que conoce, su escuela… todo”. 

Reconoce abusos

Durante las audiencias, la madre biológica de Valeria no negó el abuso al que  hizo referencia su hija.

Afirmó que la quemadura de su pie sí ocurrió, pero que no se dio con una plancha, sino por pisar una colilla de cigarro al caminar descalza por la casa.

Respecto al abuso sexual que la menor denunció y el hecho de que al parecer la mujer mantenía relaciones sexuales delante de la niña, la mujer afirmó en su declaración que todo había sido producto de la violencia intrafamiliar de la que había sido víctima.

En un estudio psicológico que se hizo de la mujer, ésta reconoció que había mantenido relaciones sexuales frente a sus hijos.

Desoyen recomendación de perito

 

En el expediente legal, una perito en Psicología recomendó que si se daba un cambio en la custodia de Valeria, éste debía ser gradual y bajo supervisión de la gente calificada y en base a un tratamiento o seguimiento, ya que hacerlo de manera inmediata afectaría de manera grave e irreparable la salud de Valeria. 

“El Poder Judicial sólo está tomando en cuenta quién es la madre biológica; no les importa si la niña  va a estar bien, no investigaron sobre la denuncia de abuso sexual, no están viendo si la niña se irá a un hogar seguro. Ellos sólo están dándole la custodia a una mujer porque es su madre biológica y están mandando a Valeria a una ciudad que no conoce (a Veracruz), lejos de las personas que ella identifica como su familia”, dijo Eréndira, quien pelea la custodia de la menor.

“La amo, es mi hijita y si yo supiera que estará bien pues no estaría peleando pero me preocupa qué va a pasar con una niña de cinco años que no puede defenderse sola”, agregó Eréndira, quien integró a Eréndira a su familia desde 2013.

A través de redes sociales, la familia de Eréndira ha comenzado a hacer circular una petición de ayuda para la revisión del caso bajo el hashtag #PorUnaVidaSinViolenciaParaVale. 

Acepta Juez que no ordenó examen médico

Dulce María Pérez, la Juez Familiar que llevó el caso de Valeria, explicó que no vio necesario hacer peritajes médicos a la menor, debido a que las pruebas presentadas  no demostraban el supuesto abuso sexual que sufrió.

Al preguntarle si no se incurrió en una falta al no ordenar algún peritaje médico a la menor que afirmaba haber sido tocada mientras vivía en la casa de su madre biológica, la Juez afirmó que no se consideró necesario. 

“No. No, porque para ese efecto nosotros valoramos una prueba que ellos nos presentaron donde la niña decía (que la tocaban), pero se consideró y se valoró ese video de ahí que ese video no nos daba a nosotros la certeza de que la niña hubiese sido tocada o abusada. No iba a proceder el estudio”, explicó. 

La Juez, en compañía de los abogados de la madre biológica, fue quien determinó la invalidez de la prueba, esto sin que un perito médico o psicólogo estuviera presente para revisar la evidencia. 

“Nosotros vimos el video, como juez en presencia de las partes. También la Magistrada lo vio, ella también determinó igual. Yo valoro el video”, declaró al preguntarle quién determinó la invalidez de la evidencia.

La Juez Dulce María Pérez aseguró que la determinación de la sentencia se dio con base en los hechos expuestos por cada una de las partes y en las pruebas que presentaron. 

“La determinación que se asumió, en este caso en mi sentencia, fue tomando en consideración qué pidieron, qué expusieron como hechos, qué probaron y ese fue el sustento de mi sentencia. Se van a la apelación, la Magistrada de la Segunda Sala valora las pruebas y en forma posterior también ella determina que la niña tiene que regresar con su madre biológica (…) La sentencia está sustentada en las pruebas que ambas partes rindieron en el proceso”, finalizó.

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